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Es muy común hablar de la maternidad y de la importancia del cuidado de la mujer durante esta etapa de su vida. El rol de la madre siempre está vinculado con esa concepción de amor incondicional que tanto se celebra. Lo cierto es que la maternidad da origen a la paternidad y viceversa: un rol genera el otro, pero este equilibrio no es suficientemente valorado en la sociedad.
Para muchas personas, la figura del padre sigue representando una figura secundaria en el proceso de crianza de los hijos. Pero, ¡Sorpresa!, las mujeres no son las únicas que tienen cambios fisiológicos al convertirse en madres: diversos estudios han profundizado en lo que llaman la nueva ciencia de la paternidad, es decir, todos aquellos cambios, importantísimos, que experimenta el cuerpo del hombre a nivel celular al convertirse en padre, comenta la socióloga Eleonora López Contreras, investigadora del Centro de Análisis TAD (THINK• ACTION• DEVELOPMENT) y especialista en temas de Familia.
Los hombres, continúa la especialista, no sólo son proveedores, a diferencia de las mujeres, consideradas como cuidadoras naturales. Investigaciones biológicas y psicológicas muestran que durante el embarazo, el parto y la experiencia comprometida de la paternidad, los hombres también experimentan cambios hormonales que repercuten en su comportamiento.
Esta nueva ciencia de la paternidad revela que estos cambios fisiológicos repercuten en el comportamiento que los padres tienen hacia los cuidados de los hijos, pues les permite brindar mayor atención y proporcionar cuidados, mayormente afectivos, si se involucra de manera temprana a la crianza.
Al respecto, la socióloga comenta la presencia activa del padre en la crianza de los hijos es fundamental para su bienestar, porque es la figura paterna quien proporciona la atención y los juegos (sobre todo aquellos relacionados con las actividades físicas), que comúnmente las madres no brindan.
Las investigaciones al respecto, también demuestran cómo la cercanía del papá con los hijos y el tiempo que pasa con ellos hacen que la química cerebral cambie: se ha notado un aumento en la oxitocina y la vasopresina, las hormonas asociadas con el apego, tanto con el bebé como con la mamá (…) Pasar más tiempo con los hijos, puede ayudar al hombre a estimular zonas cerebrales que antes no habían sido exploradas, añade la Lic. López Contreras.
No hay que olvidar, además, que la presencia de la figura paterna tiene muchos beneficios en el desarrollo integral del menor: la participación del padre en la crianza incide en los logros académicos futuros y mejora su adaptación social en la adolescencia, puntualiza la especialista en temas de familia.