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PARÍS, 8 de noviembre.- Sus señorías franceses le han declarado la guerra a la mala alimentación. Acaban de aumentar el impuesto sobre las bebidas energéticas, por aquello de que su combinado nocturno incita a los jóvenes a beber más alcohol. También se ha penalizado la cerveza por razones similares y el año pasado fueron los refrescos azucarados, fuente calórica, las víctimas del fisco. Ahora las balas se dirigen contra la popular Nutella.
El Senado francés acaba de presentar una enmienda bautizada como "enmienda Nutella" o "tasa Nutella" que incrementará el precio de este producto tan popular entre niños y mayores. En realidad lo que los senadores quieren castigar es la utilización del aceite de palma, considerado nocivo para la salud, en la fabricación de los productos destinados al consumo. A partir de ahora habrá que medirse a la hora de untar la tostada o se pagará caro el exceso.
El grupo agroalimentario italiano Ferrero denunció ayer que la 'enmienda Nutella' es 'infundada e injusta'.
Según Yves Daudigny, el socialista promotor de la iniciativa, estas grasas "se usan de manera excesiva en la restauración colectiva y en la industria agroalimentaria". Este 'peligroso' ingrediente es uno de los componentes del delicioso chocolate, pero se usa también en la elaboración de otros productos salados o dulces destinados a los niños y está presente en el picoteo que acompaña los refrescos energéticos -también dañinos- a la hora del aperitivo.
Por eso, aunque en la intimidad doméstica muchos rebañen el bote, los políticos quieren aumentar un 300% el actual impuesto que ya se aplica sobre este aceite. Según la Agencia Nacional de Seguridad Sanitaria de la Alimentación, el Medio Ambiente y el Trabajo (Anses), la población francesa consume demasiados ácidos grasos saturados, que, aunque deliciosos, contribuyen a la obesidad y favorecen las enfermedades cardiovasculares.
Según los políticos, el alza impositiva no es un castigo a los golosos consumidores, sino "una señal a las industrias agroalimentarias para que sustituyan estos aceites por otros compuestos más respetuosos para la salud humana", señala el autor de la enmienda. Francia, donde hay poca producción de aceite de oliva y la mayoría se importa, consume 126.000 toneladas de aceite de palma a través de estos ricos productos. Dos kilos por habitante y por año.
El aumento supondrá una contribución adicional de 300 euros por tonelada. La tasa especial que ya grava estas grasas es de 98 euros por tonelada en el caso del aceite de palma, aunque también grava otros vegetales. La enmienda permitirá al estado ingresar 40 millones de euros. "Es matemático: si el impuesto se eleva, los precios de estos productos aumentarán", denunció Jean René Buisson, presidente de la Asociación Nacional de Industrias Agroalimentarias (Ania).
La enmienda se ha introducido en la Ley de Financiación de la Seguridad Social, una norma repleta de flecos que castigan la mala alimentación, como son la citada tasa sobre las bebidas energéticas o el aumento del impuesto cervecero. Así, el que a media tarde opte por una merienda compuesta por una bebida energética o una cerveza y un trozo de pan con Nutella tendrá que pagar doble su golosa tentación.
"Nosotros no somos la variable de ajuste de todos los problemas económicos del país", denunció Jean René Buisson, quien defendió que todos los productos autorizados para el consumo son buenos para la salud "si se consumen razonablemente". Sí a pequeñas dosis, no es cuestión de hincharse a Nutella. "Si es peligrosos para la salud, por qué no se prohibe?", criticó.
Según el representante de los comerciantes, el año pasado la industria agroalimentaria ya se dejó 800 millones de euros en tasas diversas sobre alimentos considerados nocivos, cuando es uno de los sectores que "no deslocaliza sus fábricas y que mantiene los empleos en Francia". "Este año seguimos (gravando), primero la cerveza y ahora el aceite de palma, ¿por qué no se tasa también el vinagre de zanahoria?", protestó. (EL MUNDO)