734 palabras
ROMA, 20 de marzo.- Carla Bruni ha retomado no sólo su trabajo como cantante, sino también como modelo; viajó a Roma, adonde llegó a grabar un comercial de Bulgari.
En cuanto al nuevo disco de la ex primera dama de Francia, todavía no está a la venta —se estrena el próximo 1 de abril— pero ya está dando mucho que hablar. Entre las canciones más esperadas estaba en principio Mon Raymond (enlace al vídeo), una especie de carta de amor abierta dirigida a su marido, el expresidente Nicolas Sarkozy, cuyo vídeo se acaba de estrenar. Pero la letra que más se está comentando estos días es la aborda otro tema menos romántico. Se trata de una canción titulada El pingüino en la que muchos observadores ven una crítica directa al actual presidente del Gobierno, el socialista François Hollande, al que llamaría, resumiendo, un maleducado. Pero la ex primera dama acaba de desmentir que se refiera en el tema que interpreta al quien fue el adversario de Sarkozy en las elecciones presidenciales del año pasado.
La ex primera dama francesa, modelo y ahora cantante lucía un vestido de color Bruni -morado- de raso y sin mangas con media y zapato oscuro y bolso malva.
“No se trata para nada de una alusión a ninguna persona en concreto”, ha aclarado la cantante a la revista L'Express, cuando el periodista le preguntó directamente por Hollande. “El Pingüino habla de la gente desagradable en general (…) las intenciones que me atribuyen son más bien las que corresponden a quienes hablan”, añade la artista. “El texto no tiene ninguna interpretación política, mis canciones no la tienen, tienen interpretaciones sentimentales, sean positivas o negativas”, concluye, intentado así cerrar días de polémica.
La canción, de la cual la radio RTL filtró el viernes pasado varios extractos y cuya letra entera ya circula en Internet, habla de un pingüino que “toma su aire soberano” pero que “no tiene modales!”. “¡Eh, Pingüino! Si un día vuelves a cruzarte en mi camino, te enseñaré, te enseñaré a realizar un besamanos”, dice en otro momento la canción. Varios medios de comunicación y algunos comentaristas políticos vieron en la letra de esta canción una referencia a la ceremonia de traspaso de poderes en la que Hollande y su compañera Valérie Trierweiler tomaron el relevo de la pareja Sarkozy-Bruni en el Elíseo. Durante el acto, celebrado el pasado 15 de mayo, los nuevos inquilinos del palacio presidencial despidieron a los antiguos en la puerta de entrada sin acompañarlos al coche, ni esperaron a que entraran en el vehículo.
En otro momento de la canción, Bruni, describe al famoso pingüino como “ni feo ni guapo, el pingüino, ni alto ni bajo, el pingüino, ni sí, ni no”. “El señor ni sí, ni no” fue uno de lo apodos de Hollande durante la campaña por quienes le consideraban demasiado tibio en sus planteamientos.
Con estas polémicas, Carla Bruni, cuyo disco Little French Songs es el cuarto de su carrera como cantante y el primero que estrena desde que dejó el Elíseo, está logrando dar publicidad a su nuevo trabajo. El tema ha sido la comidilla del mundo político mediático desde el fin de semana. El propio presidente Hollande, conocido por su sentido del humor, ha quitado hierro al asunto bromeando que la comparación “podría haber sido mucho peor” dado que al fin y al cabo se trata de un “animal [el pingüino] más bien amable”.
El pasado lunes, Bruni desveló, además, el vídeo de la canción dedicada a su marido, al que describe como un hombre firme en sus convicciones, que no duda, y que, “aunque lleva corbata, es un pirata”. (La Repubblica / El País)