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RAMALLAH, Cisjordania, 21 de marzo.- El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, expresó el jueves su oposición a los asentamientos israelíes pero presionó al presidente palestino Mahmoud Abbas para que abandone su demanda de un congelamiento en la construcción antes de que las negociaciones de paz se puedan reanudar.
Tras una efusiva bienvenida en Israel, Obama viajó a la ocupada Cisjordania, donde los desilusionados palestinos tenían pocas esperanzas de que la atención que genera la visita del mandatario los ayude a revivir el proceso de paz.
En una conferencia conjunta con Abbas, Obama dijo que fue "claro" con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, de que Washington no consideraba que la continua actividad en los asentamientos fuera constructiva para "la causa de la paz".
Obama lleva al cabo lo que algunos han llamado 'Operación Encanto' en Tierra Santa. En la foto de AP, el presidente palestino, Mahmoud Abbas, recibe hoy al Presidente de Estados Unidos. Poco antes de su llegada, al menos dos cohetes lanzados por milicianos palestinos impactaron en el sur de Israel, y otros tanto -erráticos- dentro de Gaza. Por el momento, ningún grupo palestino se ha responsabilizado del ataque, que no causó víctimas.
Pero Obama evitó pedir que se detenga la expansión de asentamientos -una demanda que había hecho al principio de su primer gobierno- y expresó su frustración sobre el fracaso de israelíes y palestinos para hallar una manera de reanudar las conversaciones estancadas desde el 2010.
Sin embargo, no ofreció nuevas ideas sobre cómo reanudar el diálogo en momentos en que las perspectivas de un acuerdo de paz son desalentadoras en una región desestabilizada por la disputa nuclear entre Occidente e Irán y la guerra civil en Siria.
"Mi razonamiento es que pese a que ambos lados puedan tener grandes áreas de desacuerdo, de que realicen actividades que el otro lado piensa que no son de buena fe, tenemos que avanzar en medio de eso para intentar lograr un acuerdo", afirmó Obama.
El tema central ahora, dijo Obama, es cómo conseguir la soberanía para los palestinos y la seguridad para los israelíes.
El presidente palestino, Mahmoud Abbas, condenó hoy el lanzamiento de cohetes contra Israel en un ataque desde la Franja de Gaza, donde gobierna Hamas, que coincide con la visita que efectúa a Ramallah el presidente de EE. UU, Barack Obama. (AFP)
"Eso no quiere decir que los asentamientos no son importantes. Eso quiere decir que si resolvemos esos dos problemas, el tema de los asentamientos se resolverá", afirmó.
Después de las elevadas ambiciones de su primer mandato, cuando nombró a un enviado especial para Oriente Medio en su primer día en el cargo y dijo que la paz era una prioridad, está claro que Obama ha situado el nivel mucho más bajo.
"Consideraré esto un éxito si, cuando regrese el viernes, me puedo decir a mí mismo que tengo una mejor comprensión de cuáles son las limitaciones", dijo el miércoles en una rueda de prensa conjunta con Netanyahu.
Esta semana hubo protestas esporádicas en Gaza y Cisjordania por la primera visita de Obama a la zona, al considerar que no ha hecho lo suficiente para frenar los asentamientos israelíes en la tierra que ocupó en la Guerra de los Seis Días en 1967.
Ayer, Obama fue recibido en Tel-Aviv por el presidente israelí Shimon Peres y el jefe de gobierno, Benjamín Nétanyahou. El Mandatario estadounidense habló de su 'eterna alianza' con Israel.(Reuters)
En el 2009, Obama le dijo bruscamente a Israel que tenía que frenar las construcciones, pero posteriormente se echó atrás y el miércoles no mencionó el asunto.
"No entrar", decía un cartel colgado en Facebook, mostrando la cara de Obama cruzada por una línea roja. "La gente de Palestina no te da la bienvenida".
En contraste, al llegar a Israel todo fueron parabienes, y los dirigentes locales hicieron cola para verle y alabarle por su firme compromiso con la seguridad del Estado judío y de no permitir a Irán adquirir la bomba atómica. (Reuters)