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CIUDAD DE MÉXICO, 22 de marzo.- Al aprobar que 2013 sea el año de Belisario Domínguez, de la Libertad y la República y conmemorativo de las muertes del presidente Francisco I. Madero y del vicepresidente José María Pino Suárez, el Senado de la República decidió rememorar la muerte de los diputados Serapio Rendón, Gustavo A. Madero y Adolfo C. Gurrión, “quienes ofrendaron su vida por el ideal de una República libre, justa, social, democrática y constitucional”.
Serapio Rendón (1867-1913)
El 23 de agosto de 1913 murió el diputado Serapio Rendón. Su cuerpo fue encontrado en Tlalnepantla, Estado de México. Claramente se trataba de un asesinato, uno más que se sumaría a la lista de hechos violentos ocurridos durante el régimen del general Victoriano Huerta, escribe Elsa V. Aguilar Casas, del INEHRM.
Rendón fue abogado y escritor. La mayoría de las fuentes afirman que nació en Mérida, Yucatán; nació en Ciudad del Carmen, Campeche, el 3 de septiembre de 1867, y fue hijo del matrimonio formado por el notario público Víctor Rendón Buendía y Doña Catalina Alcocer. Sus padres eran 'exiliados de Mérida, Yucatán'. Poco tiempo vivió la familia Rendón en la Isla y regresó a Mérida cuando Serapio contaba tres años de edad.
Momentos después de haber sacado de la fosa común en el panteón de Tlalnepantla los restos del diputado Serapio Rendón. Imágenes tomadas de: G. Casasola, Historia gráfica de la revolución mexicana, 1900-1970, México, Trillas, 1973, t. 3, p. 863. INEHRM
Manuel Márquez Sterling, embajador cubano en México durante el gobierno del presidente Madero, afirma que don Serapio “se educó en Yucatán, lugar donde reside su familia, dábanlo por yucateco sus compañeros de brega en el Distrito Federal”. Tal afirmación no es una simple ocurrencia del cubano, lo dijo porque lo conocía personalmente con el abogado mexicano: “Ha largos años nos conocimos en Mérida, muy jóvenes los dos; reanudamos la vieja amistad, una tarde, en Chapultepec; y la estrechamos, entonces, a través de su infortunio”. Aunque ese no es ahora el tema, se menciona sólo como un hallazgo en una fuente contemporánea al personaje.
Claramente identificado como crítico, como opositor, la palabra del diputado Rendón se extinguió el 23 de agosto de 1913, día en que fue asesinado; siguiendo al embajador cubano ya mencionado, se puede afirmar que ocurrió “a manos de verdugos de Huerta”.
En 1911, Serapio Rendón fue elegido diputado federal por Yucatán, motivo por el cual se trasladó a la ciudad de México, distinguiéndose como orador parlamentario en defensa del gobierno de Madero.
Al llegar a la ciudad de México, don Serapio Rendón se afilió al Partido Constitucional Progresista.
Además de estar identificados políticamente, don José María Pino Suárez y el Lic. Rendón, a partir de haberse conocido y tratado en Mérida, eran amigos.
Al parecer, don José María Pino Suárez, el 22 de febrero de 1913, poco antes de ser asesinado junto con Madero, le envió una carta a don Serapio Rendón, en la cual le explicaba el peligro a que estaban expuestos él y el presidente, y le solicitaba auxiliar a su familia.
La traición y asesinato de Madero y Pino Suárez, perpetradas por Victoriano Huerta, fueron severamente censuradas en la Cámara de Diputados por el orador parlamentario, Serapio Rendón Alcocer.
Los doctores Antonio Buitrón y Jacinto García en los momentos de exhumar y levantar un acta de cómo encontraron los restos del licenciado Serapio Rendón.
Entre los integrantes del grupo parlamentario que estaba en contra de Huerta destacaban don Serapio Rendón y don Belisario Domínguez.
Los candentes discursos de don Serapio Rendón, acusando de asesino a Huerta, no se redujeron al recinto del Congreso sino que tomó por foro abierto al Hemiciclo de Juárez en la Alameda Central de la ciudad de México.
Aureliano Blanquet, ministro de guerra de Huerta, fue quien advirtiendo lo peligroso que resultaba don Serapio Rendón, sugirió su eliminación como enemigo, de una u otra forma.
El ardor y convencimiento con que Serapio Rendón defendía sus principios, lo hicieron un enemigo temible para Victoriano Huerta, por lo que éste trató de atraerlo como colaborador en su gobierno, oferta que Rendón rechazó con indignación y energía.
Como no tuvo efecto el intento de soborno y corrupción, se decidió por la eliminación física de don Serapio Rendón Alcocer.
Tras ser arrestado -frente a la glorieta Colón, en el Paseo de la Reforma de la ciudad de México-, se le traslada a la cárcel de Tlalnepantla.
En la prisión era esperado por el coronel Felipe Fortuño, quien ordenó fuera encerrado en un cuartucho con ventanilla para ser vigilado continuamente.
Don Serapio Rendón tenía plena conciencia de lo que le ocurriría y aún así, no se doblegó, al grado que al ser conducido a la celda en forma poco apropiada, golpeó a uno de los soldados exigiendo respeto; la respuesta fue una andanada de culatazos que lo dejaron inconsciente.
Al recobrar el conocimiento, don Serapio Rendón pidió papel y tinta para escribir una carta de despedida a su familia y mientras la escribía fue acribillado por la espalda.
Don Serapio Rendón fue sepultado de inmediato en Tlalnepantla y en 1914, sus restos fueron trasladados al Panteón Francés.
En Mérida, el viernes 22 de febrero pasado, en la biblioteca Manuel Cepeda Peraza, se efectuó una mesa panel centrada en Serapio Rendón y Pino Suárez: “Tres centenarios luctuosos: Francisco I. Madero, José María Pino Suárez y Serapio Rendón”.
La plática estuvo a cargo de los maestros Arturo Menéndez Paz, quien abordó la vida y obra de Serapio Rendón; Carlos Pérez Pérez y Jorge Canto Alcocer hablaron de José María Pino Suárez, y José Juan Cervera de Francisco I. Madero.
Ver Serapio Rendón Alcocer, víctima del huertismo--Estudio de Elsa V. Aguilar Casas, del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM) y el ensayo Serapio Rendón en la Revolución Mexicana, de Arturo Menéndez Paz.