1256 palabras
MEDELLIN, Colombia, 30 de abril.- Un comando formado por siete personas que portaban fusiles se llevó a Rubiel Medina Cardona, alias el Mono Amalfi, quien había sido trasladado de la cárcel El Pedregal hacia un control médico en la sede de la EPS Sura en el barrio Córdoba, de Medellín.
Testigos contaron que los delincuentes ingresaron al centro asistencial y de inmediato se produjo un cruce de disparos en el que fueron heridos dos guardias que custodiaban al interno, y se fueron con el recluso.
El Mono es uno de los mandos de Los Rastrojos, una gigantesca y tenebrosa banda criminal dedicada sobre todo al narcotráfico, con tentáculos en la mitad de Colombia.
Rubiel Medina Cardona, alias el Mono Amalfi, está condenado a 30 años de prisión. Según las autoridades de seguridad del Gobierno de Juan Manuel Santos, es un cabecilla de la banda criminal Los Rastrojos y está acusado de haber participado en el atentado al entonces comandante de la estación de Policía de Amalfi.
Antes de su captura, Medina Cardona era el encargado de manejar varios de los combos de la Oficina de Envigado y comenzó su trayectoria criminal en el municipio de Amalfi, por eso su alias.
Agentes de la Policía Nacional persiguen al comando armado por tierra y aire en un sector denominado El Hueco de la capital de Antioquia.
Un preso muy peligroso, jefe de una banda mafiosa, se fugó en una moto de gran cilindrada después de un intenso tiroteo. Se encontraba en un consultorio médico, al que había llegado esta mañana procedente de la cárcel "El Pedregal" de Medellín para un chequeo.
Siete sujetos armados de fusil, irrumpieron en el centro, situado en el barrio Córdoba, disparando sobre los guardianes de prisiones que le custodiaban. Hirieron a dos y Rubiel Medina Cardona, alias Mono Amalfi, se escapó con sus hombres.
La policía empezó enseguida una cacería por tierra y aire sin resultado. Más tarde ofrecieron una recompensa de treinta millones (unos doce mil euros) para quienes aporten pistas que conduzcan a su captura.
El Mono (rubio) es uno de los mandos de Los Rastrojos, una gigantesca y tenebrosa banda criminal, dedicada sobre todo al narcotráfico, con tentáculos en medio país. Estaba al cargo de una de sus oficinas de cobro (entidades mafiosas encargadas de arreglar a su manera conflictos entre bandas, ordenar asesinatos a distintas personas, etc.) y se encontraba en prisión desde el pasado 3 de noviembre, tras su detención mientras circulaba en una Toyota Prado en Las Palmas, una importante vía de Medellín. Tenía una condena por un triple homicidio de hace años, ocurrido en La Virginia, y por otros asesinatos y una variada gama de delitos.
El que se fugara aprovechando una consulta, no resulta extraño. De hecho, en las redes sociales de Medellín algunos internautas preguntaban sobre cuánto habrían ganado los guardias del INPEC. Y es que existe mucha corrupción en el sistema judicial y carcelario.
En este caso, por ejemplo, empezarán por investigar quién facilitó el diagnóstico que justificara su salida de la cárcel puesto que podrían haberle atendido tras las rejas. Después, a los guardianes que conocían el destino, la hora de la cita y el itinerario. Y también averiguarán sobre le juez que dio luz verde al traslado y al médico que le atendió. Porque el algún eslabón de la cadena, o en varios, hay alguien que recibió dinero a cambio de ayudar en la fuga.
Este diario ha conocido varios casos donde presos intentan fugas por medio de citas médicas falsas, de convocatorias como testigos aunque no puedan aportar nada al juicio y nunca lleguen a citarles, o traslados de cárcel por cualquier motivo.
Un conocido guerrillero del ELN, alias Pablito, que opera entre el departamento de Arauca, Colombia, y Apure, Venezuela, y por cuya captura pagaron una fuerte recompensa, consiguió con sobornos que le condujeran desde una cárcel de máxima seguridad del interior del país, a la sencilla de Arauca. Allí salió por la puerta un buen día, cruzó la frontera, a escasos diez minutos, y un nunca más se supo de su paradero.
El cálculo que hacen quienes conocieron ese proceso es que la fuga le costó unos cuatro mil millones de pesos (millón y medio de euros) dada su alto perfil y la lista de funcionarios que debió comprar.
Antes del mediodía de este martes, Rubiel Medina Cardona se dirigió a una sede de la EPS Sura, en Medellín, para cumplir con una cita médica. No era un paciente cualquiera. Se trataba de alias Mono Amalfi, mando medio de la 'Oficina de Envigado' que, por sustracción de materia de los capos, llegó a ser uno de los jefes de la banda.
Para asistir a dicha cita Medina era custodiado por dos guardas del Inpec. Antes de llegar al consultorio, el carro donde viajaba fue interceptado por un taxi y dos motos. De los vehículos se bajaron ocho hombres armados con fusiles y, simplemente, lo ayudaron a fugarse.
Mono Amalfi, quien fue capturado en El Poblado el 3 de noviembre del 2012, estaba procesado por concierto para delinquir, lesiones personales, tentativa de homicidio y tráfico de armas.
La mayor parte de su vida delictiva la vivió en el nordeste de Antioquia. No era el delincuente de corte gerencial, como lo aseguran hoy en ese departamento. Los reportes de inteligencia lo tienen catalogado como ‘el dueño’ del municipio de Amalfi. Allí andaba, cual pistolero, con uniforme camuflado, un arma al cinto y 40 hombres que le servían como escoltas.
En Amalfi, Medina era el custodio de laboratorios de cocaína con los que aceitaba la guerra en Medellín, la cual era propiciada por Sebastián. “Era un gran narco”, dijo un investigador a Semana.com.
Medina tenía, según el experto, controlado no solo Amalfi, sino su zona rural, especialmente las veredas que colindan con los municipios de Yalí y Vegachí. Los Urabeños quisieron reducirlo y expulsarlo de Amalfi, pero Medina les hizo la guerra. Fue por mantener esa guerra que hizo alianzas con Los Rastrojos.
Este narco, según los archivos de inteligencia, le proporcionaba el dinero a la organización de Ericson Vargas, alias Sebastián.
Tras su fuga, la Policía y el INPEC muestran su fotografía y ofrecen una recompensa de 30 millones de pesos por información sobre su paradero.
Con esto quedó en entredicho el nombre de quienes tienen la responsabilidad de vigilar delincuentes con el perfil de Medina.(Infobae/El Mundo/Semana)