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ARENA PERNAMBUCO, Recife, Brasil, 16 de junio.- No hubo llenazo en el Arena Pernambuco (41,765 personas) para asistir en directo al estreno de España y Uruguay en la Copa Confederaciones, pero se vivió un gran ambiente.
El juego de toque de España silenció los cánticos uruguayos para que se pasara a los "¡olés, olés!".
España saltó al terreno de juego y recibió una gran ovación por parte de los aficionados que ya habían entrado a la cancha. Los jugadores de La Roja correspondieron con saludos que terminaron por agitar aún más a la hinchada del Arena Pernambuco.
Cierto es que no se vieron a muchos aficionados españoles por el costoso viaje que supone venir a Brasil para ver a la selección española, pero esa falta de apoyo nacional se contrarrestó con la cantidad de brasileños que acudieron al campo con la camiseta de España.
En Recife, la campeona del mundo tiene muchísimo tirón. No obstante, quien ganó por goleada fue la parroquia de la celeste, que intentó animar a los suyos pese a la clara superioridad del equipo de Del Bosque.
El juego de toque de España silenció los cánticos uruguayos para que se pasara a los "¡olés, olés!". Recife acabó enamorada con el "tiki-taka" de la selección.
Tras el descanso llegó la tranquilidad. La intensidad del partido bajó de intensidad y los gritos de ánimo sólo llegaron con las jugadas personales de Andrés Iniesta (uno de los mejores del encuentro) y con las ocasiones de España. (Agencias)