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NUEVA YORK, EE.UU. 2 de febrero.- El actor Philip Seymour Hoffman, que fue hallado hoy muerto en Nueva York, fue un gran intérprete que se convirtió en un icono del cine independiente, del que fue presencia decisiva a través de papeles secundarios y al que prefirió por encima del glamour de los focos y las fiestas de Hollywood.
“Su figura robusta, su rostro amplio, su voz profunda le confirieron una personalidad especial”
Hoffman ganó un Oscar en el 2006 por su encarnación del escritor Truman Capote en Capote y recibió otras tres candidaturas al mismo premio como mejor actor de reparto, por Charlie Wilson's War (2008), Doubt (2009) y The Master (2013), junto con otras muchas nominaciones. Sólo una muestra de la que fue una de las filmografías más completas y de más calidad del cine estadounidense.
Su figura robusta, su rostro amplio, su voz profunda, junto con una manera peculiar de hablar y desenvolverse le confirieron una personalidad especial en pantalla, que se hizo muy apreciada por sucesivos directores de calidad, como los hermanos Coen, Paul Thomas Anderson, Anthony Minghella y Mike Nichols.
Hoffman fue siempre un actor a contracorriente, que disfrutó haciendo películas independientes o de bajo presupuesto tanto o más que las grandes producciones de Hollywood, además de que también fue muy activo en el teatro neoyorquino y tuvo dos candidaturas a los premios Tony. (EFE)