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NUEVA YORK, EE.UU., 2 de febrero.- Philip Seymour Hoffman, ganador del Óscar por Capote y uno de los actores más prestigiosos del cine estadounidense, fue hallado hoy muerto en un apartamento de Nueva York a los 46 años, víctima aparentemente de una sobredosis.
El cadáver fue encontrado en el baño de la vivienda con una aguja aún colgando del brazo, según han asegurado fuentes policiales al diario New York Post, que señala que los investigadores encontraron heroína en la estancia.
Hoffman había admitido en el pasado numerosos problemas con las drogas durante varias fases de su vida, hábitos en los que recayó el pasado año, cuando ingresó durante diez días en una clínica de desintoxicación.
Según él mismo contó al portal TMZ, había comenzado un año antes a tomar pastillas y había terminado esnifando heroína.
El guionista David Katz fue quien encontró hoy el cuerpo sin vida de Hoffman en su domicilio en el barrio neoyorquino de Greenwich Village y quien alertó a los servicios de emergencia poco antes del mediodía hora local (17:00 GMT), según han señalado fuentes policiales al diario The Wall Street Journal.
Otros medios, sin embargo, señalan que el piso en el que apareció el cadáver no era la vivienda habitual de Hoffman, sino un apartamento cercano.
El Departamento de Policía de Nueva York está investigando las circunstancias de la muerte, que aún no se han hecho oficiales.
Mientras tanto, cientos de admiradores se han congregado junto al edificio de la calle Bethune en el que falleció el intérprete, uno de los actores más prestigiosos de su generación.
Hoffman logró su mayor éxito en 2005 dando vida al escritor Truman Capote, un papel que le valió un Óscar, el Globo de Oro y varios premios de la crítica, entre ellos el Nacional de EE.UU. y de los Festivales de Toronto y Los Angeles.
Sin embargo, si por algo será recordado Hoffman es por sus inolvidables apariciones como secundario en muchas de las películas más influyentes del cine independiente de las últimas décadas. (EFE)