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MEXICO, D.F., 16 de diciembre.- Familiares y amigos de Adán Cortes, el estudiante de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) que irrumpió con una bandera de México manchada de rojo en la entrega del Premio Nobel de La Paz, que fue entregado a Malala Yousafsai en Noruega, le recibieron ayer en la tarde-noche en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
Adán Cortés Salas, el joven de 21 años que irrumpió en la ceremonia de entrega del Premio Nobel de la Paz con una bandera de México manchada de rojo, dijo en entrevista con CNN en Español que no quiere ser un estudiante más que desaparezca y luego aparezca muerto “y que el Gobierno diga que fue el crimen organizado”.
“Sí, tengo miedo de volver a México, pero si es la única forma y lo único que me queda, voy a regresar con la misma valentía y fuerza con la que me paré en el escenario”, dijo Cortés.
Previo a que Cortés Salas fuera deportado de Noruega, dijo en el programa Panorama Mundial que espera nunca tener que volver a romper las leyes, “pero no me arrepiento de lo que hice porque al final valió la pena, preferiría hacer las cosas de la manera correcta, por el lado del Derecho y espero no verme en la necesidad de volver a hacerlo de esa manera, criminal”.
Adán Cortés ha sido deportado ayer de vuelta a México por las autoridades noruegas, informó la televisión pública NRK.
El abogado de Cortés Salas, Jens-Ove Hagen, dijo a NRK que su cliente había embarcado ayer en la mañana en un avión con Ciudad de México como destino final.
Cortés Salas, cuya solicitud de asilo político fue rechazada hace días, permaneció el fin de semana retenido en el centro para extranjeros de Trandum, al Norte de Oslo, pendiente de que se concretase su expulsión y de la resolución de un proceso judicial.
Durante este tiempo concedió una entrevista a CNN donde dijo que su irrupción fue para mostrar que “así es como estamos en México, la gente quiere justicia y que los medios de comunicación dejen de maquillar las cosas”.
“Algunas personas me han llamado cobarde, creo que no lo soy porque sigo dando la cara, simplemente no voy a regresar a un lugar donde sé que mi propia seguridad corre peligro, no quiero ser un estudiante más que desaparezca y luego aparezca muerto, y que el Gobierno diga que fue el crimen organizado”, manifestó.
Cortés Salas subió al estrado con una bandera de México cuando la paquistaní Malala Yousafzai y el indio Kailash Satyarthi acababan de recibir el Nobel de la Paz en el Ayuntamiento de Oslo, y permaneció unos segundos allí hasta que fue retirado por la seguridad.
“Cuando vi que ya estaba cerca me dije que ya era momento, me acerqué a Malala para pedirles una oportunidad y hablar sobre México, cuando volteo y veo al guardia de seguridad, me dije que no tendría tiempo y extendí mi bandera y lo que ya todos saben que hice”.
Cortés dijo que nunca creyó llegar tan lejos; “creo que era mi destino estar ahí, el universo se alineó o lo que sea, pero creo que realmente mi intención fue grande y lo conseguí, quería alzar la voz por todas esas personas que he visto sufrir en México”. (SinEmbargo)