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La pregunta es directa: ¿Qué significa ser mamá?
Aunque aparentemente es una pregunta sencilla, la humanidad la convirtió en una de las más complicadas desde que el hombre y la mujer caminan sobre la tierra.
Cada cultura tiene una respuesta. Cada persona tiene su propia opinión, basada en su educación , vivencias y experiencias. Los gobernantes, líderes de opinión, activistas, las abuelitas, todos expresarán “la maternidad y la mujer es…” tratando de que sea una opinión común y universal.
¿Cuál es la verdad, la realidad? Llegar a una conclusión definitiva considero que es imposible, sólo nos queda leer las voces de cientos de mujeres, con y sin hijos, profesionistas, madres de tiempo completo, solteras, casadas…. Todas son válidas y creemos que, ante la diversidad de experiencias, cada quién puede llegar a su conclusión. La mía, es que la mujer hace la maternidad, no la maternidad te hace mujer.
“La maternidad es una decisión de la mujer e individual; considero, y está comprobado científicamente, que nuestra capacidad de ‘programar’, organizarnos y atender y realizar varias actividades nos posibilita el tomar la decisión. Aunque, algunas mujeres se declaran negadas para el compromiso y responsabilidad de tener hijos, creo que es más bien temor de no poder responder a ellos como idealizamos”.
“ A mí la maternidad me atropelló los proyectos profesionales. Literalmente. Mi mamá, enojadísima por la situación del embarazo no planeado y con el padre, me dijo “al principio, no sabes qué hacer con ella. Luego no vas a poder entender cómo pudiste vivir sin ella”. Y así es.”
Le pregunté: ¿Sientes que te define? ¿Eres Ana (nombre ficticio), profesionista, y mamá? ¿O eres mamá Ana?
“Jamás antes entendí lo que era ser el amor de la vida de alguien, hasta que la tuve a ella. Estoy perfectamente consciente de que es temporal y que los hijos “son prestados”, pero me ayudó a reconciliarme con una parte de mí. Me conoce vulnerable y sabe que me puedo equivocar y está bien y eso me ayuda a mí. Era Ana Profesionista. Yo creo que no podía ser nada más que eso.
“Luego, con mi situación personal, me convertí sólo en Ana-Papá-Mamá. Estuve en depresión bastante fuerte durante más de ocho años. Abandoné mi carrera y me dediqué a trabajar. Dejé de disfrutar mi vocación y a cumplir con mi obligación.
“Lo que sí puedo decir es que tuve que reaprender muchísimas cosas. Mis tiempos ya no eran los que marcaban el ritmo y eso es bien difícil, sobre todo si el entorno no es “favorable”.
“Mi hija cambió por completo mi vida. Me costó mucho tiempo no sentir que todo esto me había “robado” mis planes. Alguien me preguntó alguna vez “Entonces, ¿por qué te embarazaste?” Y contesté: “No me embaracé voluntariamente. Es decir, voluntariamente me puse en situación de ‘riesgo’, en tanto que tuve relaciones con mi pareja. Luego, decidí seguir con el embarazo. Lo que no decidí fue iniciarlo.
“Las primeras 24 horas, luego de enterarme del embarazo fueron terribles. Si el papá hubiera estado aquí, probablemente hubiera abortado. Pero él tuvo a bien darme información de una conocida suya donde podía “resolver” el problema. “Dile que vas de mi parte y explícale” y ya”.
“Sola, no me atreví. Consulté con otra amiga y ella me dijo: “Eres una mujer con un criterio amplio y muy liberal en muchas cosas, pero tienes una educación muy sólida en otros aspectos, incluyendo el religioso y lo espiritual, y un aborto es algo que no todo el mundo puede superar”
“Y me ofreció contactarme, si yo lo quería, con un grupo que se dedica a acompañar el embarazo, corriendo con gastos de manutención y atención médica de primerísima calidad, y al cual recurren parejas de una posición social desahogada y con cierto perfil, que no han podido tener hijos, para dar al bebé en adopción.
“Me aterró la idea de no saber qué sería de él o ella. No pude. Y mi hermana, que me había acompañado desde el momento en que me enteré del embarazo, fue muy insistente en su apoyo… y me acompañó al médico y luego a decírselo a mi mamá. Ser mamá ha sido la cosa más, difícil, aterradora y maravillosa de mi vida.
“Hasta hace muy poco, era mamá proveedora, sobre cualquier otra cosa, apenas ahora voy reaprendido a ser Ana.
“Con todo y todo, creo que jamás pensé que podría sentir tanto amor por alguien”.
“ La sociedad te cuestiona por qué no quieres tener hijos a tus 20, a tus 30, a los 40, pero no dice nada si está bien que tengan sus hijos a los 13, 15, 17, 19 años, cuando las mujeres no han terminado estudios o no tienen un trabajo, o siquiera definido que quieren en su vida”.
“Si no tienes novio “hasta cuando el novio”, si tienen “hasta cuando la boda”, si te casas ” hasta cuando los hijos”, si tienes uno “hasta cuando el segundo”… No se puede vivir para satisfacer a la familia y a la sociedad, hay que vivir para uno mismo.
“Lo normal es que una mujer tenga hijos, por lo tanto si no quiere tener hijos debe tener una falla, debe tener un defecto, lo mismo que le pasa a las mujeres solteras y exitosas, piensan “debe tener un defecto por eso no tiene pareja”. No entienden que es una decisión. Pero útero no es igual a ser madre, tenemos la capacidad de dar vida, sí, igual tenemos la capacidad de aprender a tocar violín o de matar, cada quién elige si lo hace.
“La mayoría de las religiones se basan en la familia, y por lo tanto es tu DEBER reproducirte. Me acuerdo cuando una amiga se iba a casar, le pregunta el padre, ¿cuántos hijos van a tener? Ella contesta dos, y le dicen “mejor ten tres por si se te muere uno”.
“Las razones por las que una mujer decide NO tener hijos, varían, son diversas, así que no se les puede encasillar a una razón, puede ser porque no le gustan los niños, por temor al parto, por darle prioridad a su carrera, porque quiere tiempo para sí misma, porque considera que hay sobrepoblación, porque prefieren adoptar, porque no soporta la idea de usar los órganos sexuales primero para parir y luego para alimentar, etc etc etc.
“Los hombres sí se pueden hacerse una vasectomía. Las mujeres tienen que tener mínimo un hijo para su ligamiento. Es una situación que siempre ha existido, sólo que antes no se decía por temor a las críticas, ahora con las redes sociales ya hay grupos específicamente sobre este tema.
“La gente tiene la idea errónea que si no quieres tener hijos es porque odias a los niños, están muy equivocados…cuidé niños desde pequeña y adoro a mis sobrinos”.
“Tengo 4 hijos. La maternidad ha sido trabajo de tiempo completo, aunque mi primer hijo lo tuve a los 23 años y estudiando(por lo que fue un reto) siempre he estado feliz en mi papel de madre y me he realizado en ese ámbito y no en el profesional; yo sé que algún día tendré tiempo y no lo lamento. Mi vida social personal a nivel de amistades no ha cambiado pero por los niños si hemos dejado de salir mucho, aunque los grupos de amigos han aumentado pues conoces a mucha gente nueva por la escuela y las actividades de tus hijos”.
“No creo que una mujer tenga que ser madre para tener una identidad plena, aunque es verdad que nada se compara con el amor de un hijo no creo que quien decida no tenerlos sea una completa loca desubicada o dejada, en el peor de los casos. Yo acepto abiertamente que sí extraño mis tacones, salir por la mañana arreglada con ganas de comerme el mundo en el trabajo, buscar esa identidad como mujer de mundo y quien decide que su rol en la vida únicamente es ese. Yo elegí uno diferente. Nadie sabe lo que es ser madre si no lo vive. Hoy día dedico un 90% de mi día a mi pequeño que es mi prioridad y no lo cambio por nada, todas somos mujeres, todos diferentes. ¡Viva la diferencia!
“Es imposible, para mi, plantearte ser mamá como primera instancia y dejar todo lo demás de lado porque antes que nada soy yo. Fui madre a los 33 años, luego a los 38, imposible borrar todo lo demás, no lo haría ni por obligación ni por gusto.
Y esta decisión la tomo primero por mí y luego por mis hijos. ¿Qué sentido tendría que ellos me vieran una mujer triste, que no realiza sus sueños, que no pelea por lo que quiere? Me convertiría en un ser detestable y, sobre todo, reprochón. Pobre de ellos y de mi pareja si no soy feliz…. Todo se transmite, absolutamente todo. Eso sí, ser mamá cambia la vida y hay que saber acomodarse. Yo ahora escribo con chicos que me piden cosas a cada rato, es muy estresante, pero me enseñó a optimizar mis tiempos a full. Si ellos no están, me vuelvo más pragmática que nunca. Lo más lindo de todo esto es que si publico una nota o termino un texto o un guión, yo me pongo feliz y ellos también.
Las actividades sociales cambian,claro. Ahora tengo amigos que son papás de amigos de mis hijos de las escuelas, por ejemplo. No somos de salir solos, si salimos lo hacemos con los chicos o viene gente a casa. El tema de no salir solos es culpa nuestra, no tenemos niñera. Pero sí todos los fines de semana, cuando ellos duermen, nos destapamos un vinito/cerveza o alguna otra bebida espirituosa, escuchamos música, charlamos y otras cosas lindas, todo muy relajado, como si no hubiera chicos. Eso lo hacemos hace años. Y nos hace muy bien.