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1. Nadie. "Y por mí vinieron, y nadie dijo nada". Esta conocida anécdota del clérigo luterano Martin Niemöller, pastor protestante encarcelado por los nazis de 1937 a 1945, viene como anillo al dedo para explorar la tibia reacción de los yucatecos y sus medios de comunicación ante la cobarde supresión del noticiario de Gonzalo Navarrete de su espacio en grupo SIPSE. "Primero vinieron a buscar a los comunistas y no dije nada porque yo no era comunista. Luego vinieron por los judíos y no dije nada porque yo no era judío. Luego vinieron por los sindicalistas y no dije nada porque yo no era sindicalista. Luego vinieron por los católicos y no dije nada porque yo era protestante". Su pensamiento finaliza con "als sie mich holten, gab es keinen mehr, der protestieren konnte" ("y luego vinieron por mí, pero para entonces, ya no quedaba nadie que dijera nada"). Así escribió Niemöller esta reflexión generada desde los campos de concentración de Sachsenhausen y Dachau donde estuvo confinado por los nazis hasta 1945. Luego la compartiría en un poema.
2. Ninguno. De todos los medios de comunicación del estado, sólo Artículo 7 comentó en sus páginas este hecho público y notorio, que trasciendió sin duda el ámbito de lo privado. Ningún periódico diario siquiera lo mencionó. Ningún sacerdote o Iglesia alzó la voz para hablar de los derechos de los radioescuchas que en ese noticiero perdieron el enlace semanal que en ese espacio se tenía con el obispo Jorge Carlos Patrón Wong. Ninguna página de internet excepto la de A7 dio cuenta de las opiniones de quienes tendrían que opinar al respecto. Ningún diputado ni dirigente partidista (ni de los amarillos, ni de los azules, ni de los verdes o los colorados). Ningún locutor, caricaturista o comunicador se solidarizó ni cuestionó el hecho . Ni siquiera se oyó la voz de Felipe Ahumada Vasconcelos, que también tenía un espacio en ese suprimido noticiario y que es miembro destacado —creemos que todavía es presidente— de la AMEDI en Yucatán (¡la Asociación Mexicana por el Derecho a la Información!). "Y por mi vinieron, y nadie dijo nada"
3. Casi todos. Y los "organismos no gubernamentales" ¿no se enteraron del hecho?... No escuchamos nada al respecto, no oímos ni leímos la opinión de "Sociedad en Movimiento", ni la de "Indignación", ni la del "Frente Cívico Familiar", ni de Coparmex, ni de otros comunicadores, ni de las Universidades (privadas y públicas) que ofrecen la carrera de Ciencias de la Comunicación o Periodismo a sus alumnos. No oímos que algún consejero(a) del INAIP que como ciudadano bien hubiera podido opinar, ya que el asunto contó con la participación del gobierno —entidad pública— para pedir a la radiodifusora que terminaran el programa. Aparte de A7, ningún editorialista escribió del tema. ¡Bah! Ni siquiera dijeron algo otros comunicadores que han sufrido en carne propia de la misma represión en este período gubernamental yucateco, con la honrosa y valiente excepción de la investigadora universitaria Gina Villagómez. ¿Egoísmo o falta de solidaridad humana? Yo diría que ambos... "y por mí vinieron, y nadie dijo nada"
4. Los demás y "lo de más". Lo de menos es si el programa de Navarrete Muñoz era bueno (que lo era, ya que se salía de la mediocridad radiofónica imperante) o bien si era malo (que es opinable). Lo de más es que el derecho conculcado a él de expresarse libremente en la radio, afecta también el derecho de miles de radioescuchas de escuchar lo que se les pegue la gana. Lo de más es permitir que el gobierno decida qué es lo que sí podemos o lo que no podemos escuchar, leer o ver en los medios de comunicación los yucatecos. Lo de menos es quien sigue... lo de más es que sigamos permitiendo que la censura continúe. Hay que recordar que la radio es un bien público concesionado por el estado, y que los concesionarios tienen la obligación de conducirse con respeto a las libertades consagradas en la Constitución. SIPSE "por órdenes superiores" violó la Carta Magna. Merecería al menos una sanción social junto con quien, desde el gobierno, ordenó el atropello. Los yucatecos, en general y como colectivo, no fuimos capaces siquiera de alzar la voz. "Y por mí vinieron, y nadie dijo nada"
5. Uno. En sentido contrario a lo esperado, no pasa desapercibido el sorpresivo "yo acuso" de Pedro Cabrera Quijano, presidente de la Fundación Produce de Yucatán. El presidente de ese organismo, que pretende establecer un vínculo entre productores y el gobierno, es designado por el Gobierno de Yucatán. Cabrera Quijano se caracterizó por ser propagandista en su columna periodística de Ivonne Ortega y más recientemente de elogios obsequiosos a Angélica Araujo. Sin embargo, entre los productores agropecuarios tenía buena reputación como gestor de proyectos de investigación que buscan favorecer el desarrollo del campo. Esta semana el joven empresario denunció la falta de cumplimiento de Ivonne Ortega para entregar la parte que le corresponde al gobierno yucateco para implementar los proyectos del campo: $17 millones no aportados.
6. Otros. Se dice que hay varios funcionarios inquietos o de plano descontentos porque se les está "arriesgando" innecesariamente. Hay quien habla de que en el ISSTEY estarían muy preocupados por un faltante de los Fondos de Pensiones de los Trabajadores del Estado de Yucatán. "Por órdenes superiores" según esa versión, el gobierno del estado dispuso de esos recursos que debieran ser intocables. El gobierno habría también incumplido su obligación de pagar al ISSTEY las cotizaciones que se retienen a los trabajadores. Tampoco se habría pagado, dicen, la parte que corresponde al gobierno para fondear al ISSTEY. Todo ello generará tensiones incontrolables al interior de la administración, ya sea que gane en el 2012 el PAN o bien el PRI, ningún funcionario de la Secretaría de Hacienda encabezada por Juan Gabriel Ricalde, o del ISSTEY comandada por Nerio Torres, querría verse involucrado en un lío judicial para justificar esos "faltantes".
7. Aquellos. Por cierto y hablando de cosas inusuales, se lanzó el Por Esto! a la yugular de Ulises Carrillo (asesor plenipotenciario de la gobernadora) el martes 14 de septiembre. Ello, haciendo inesperado eco de la acusación de Pedro Cabrera y de la Fundación Produce. Los enterados dicen que lo que sucedió es que al Por Esto! le debía el gobierno de Ivonne algunas facturotas, de esas que pagamos dócilmente los contribuyentes yucatecos. Facturas no pagadas desde hace meses. Para forzar el pago, Por Esto! embistió fugazmente al gobierno de la nueva mayoría, para recordarle "quien manda" verdaderamente en Yucatán. Según la versión inmediatamente se pagó el generoso pero atrasado cheque que, como a muchos otros provedores de Yucatán, se debía. Entonces Por Esto! calló ipso facto, ya que no se podía empañar la presentación de Juan Gabriel, show destinado a estar por encima de la bicentenaria efeméride a celebrarse el día 15.