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Mérida, Yuc., México, septiembre 29 de 2017
Unos 36 profesionales entre médicos, psicólogos, enfermeros, químicos, nutriólogos, arquitectos y veterinarios respondieron a la convocatoria de la Federación Estudiantil de Yucatán A.C. de la UADY para brindar servicios en distintas comunidades del centro del país, afectadas por los últimos sismos.
“Quisimos hacer algo más para ayudar a quienes sufrieron los sismos y sabíamos que con nuestro esfuerzo y habilidades podíamos aportar más a los que lo necesitan”, manifestó Omar Orlando Castillo Trujillo, egresado de la Licenciatura de Medicina Veterinaria y Zootecnia de esta Casa de Estudios.
La FEDY lanzó una convocatoria dirigida a jóvenes profesionales para conformar un contingente denominado “Venados de Yucatán”, el cual viajó el pasado sábado 23 de septiembre al estado de Puebla para auxiliar a los damnificados.
La Universidad Autónoma de Yucatán gestionó el vehículo para el traslado, así como de víveres, medicamentos y material de curación.
Luego de haber participado durante tres días en estas labores de rescate y auxilio, Castillo Trujillo recordó que “al ver lo que estaba pasando en el centro del país y los daños que ocasionaron los sismos, mi pensamiento y el de todos los que participaron fue ayudar lo más que se pueda”.
Omar, quien actualmente estudia el posgrado en dicha facultad, relató que ésta ha sido una de las más importantes decisiones que ha tomado en la vida respecto a haberse sumado a este contingente.
“Hicimos un esfuerzo extraordinario entre todo el equipo, primero para juntar a los profesionistas y luego para ponernos a las órdenes de las autoridades correspondientes con el fin de acudir a los sitios prioritarios por sus necesidades”.
Otra voluntaria, Marina Elizabeth Pech Pamplona, nutrióloga egresada de la Facultad de Medicina de la UADY, externó que “aunque teníamos un panorama de lo que íbamos a encontrar, enfrentarse con la realidad superó todo porque íbamos descubriendo muchas necesidades”.
Explicó que llegaron a la comunidad de Atlixco, Puebla y de ahí los llevaron a varias comisarías como Tochimilco, San Martín, Jerusalén, Cerro de la Magdalena, Cuilotepec, entre otras.
Lo que encontramos, dijo, fueron familias en pobreza extrema, muchas necesidades de salud, así como psicológicas y por supuesto, de urbanización por los destrozos.
Entre los servicios que brindaron, precisó que gracias a la combinación de disciplinas de los voluntarios fue posible brindar atención variada, y así mientras los médicos y psicólogos realizaban sus labores, los arquitectos estuvieron apuntalando y diagnosticando las condiciones de las viviendas para saber si las familias podían ingresar a las mismas.
Pudimos ver que en esas comunidades hay necesidades urgentes que existen desde antes de la contingencia pues son sitios donde no llega la atención médica y tienen rezagos en urbanización, dijo.
Además, señaló, falta mucho por hacer con los niños que luego de ser testigos del desastre tienen afectaciones psicológicas, “los niños estaban solos durante el sismo y eso les deja fobia y trastornos; no pueden dormir, despiertan llorando, gritando e inclusive hay algunos que ni siquiera pueden hablar porque siguen con el trastorno”.
Los voluntarios se lograron conocer durante el viaje de ida hacia Puebla y aprovecharon ese tiempo para definir un plan de trabajo y las funciones.
“Una vez que llegamos a la zona, cada quien sabía qué hacer y en qué auxiliar a los necesitados”, dijo Marina.
Los jóvenes reconocieron la iniciativa como un esfuerzo extraordinario, además de que los organizadores mostraron en todo momento profesionalismo y compromiso social inquebrantable.
El equipo llegó a las instalaciones del Instituto Tecnológico de Atlixco, Puebla, donde también se concentraron otros grupos de diferentes instituciones del país.
Los voluntarios que conformaron el equipo fueron nueve enfermeros, cinco psicólogos, cuatro médicos, cuatro veterinarios, tres arquitectos, dos químicos, fisioterapistas, dos biólogos, dos ingenieros civiles, un trabajador social y un ex militar. Además, de egresados de la UADY también respondieron profesionales de la Mesoamericana de San Agustín, de la UPP y del Instituto de Ciencias Humanas.