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MOSCÚ, 8 de agosto.- El presidente Vladimir Putin se mostró sorprendido y enfadado cuando un monje ortodoxo se inclinó ante él para intentar besarle la mano, durante una visita oficial en el norte de Rusia.
El peculiar y casi cómico incidente se produjo durante la visita de Vladimir Putin al Monasterio de la Transfiguración de Valaam, en la isla rusa de Valaam. El acto comenzó sin contratiempos cuando el presidente -antiguo agente soviético del KGB pero que en alguna ocasión ha hablado con orgullo del crucifijo que lleva en el cuello, regalo de su madre- saludó a un grupo de fieles en el exterior de la catedral de Valaam y luego dio la mano a algunas autoridades civiles y eclesiásticas ortodoxas.
Sin embargo, la grabación de la televisión estatal rusa distribuyó la imagen sorprendente. Un monje ortodoxo se inclinó para besar su mano, y Putin la retiró con rapidez, moviendo luego su puño al lado de la cabeza mientras su cara mostraba un gesto de mohín y disgusto.
Vladimir Putin, que manda en Rusia como presidente o primer ministro desde el año 2000, cuenta con el apoyo explícito del líder de la Iglesia Ortodoxa Rusa, el patriarca Cirilo.