989 palabras
Una de las múltiples imágenes que remiten nuestra mente al Vaticano es la del guardia suizo en uniforme de gala. Tambien es una de las fotografías infaltables en todo peregrino que viaja a la ciudad de Roma.
Juramento de los nuevos integrantes de la Guardia Suiza, el ejército del Papa
Los guardias suizos son admirados por todos, se sabe que son la guardia personal del Santo Padre y que juran protegerlo con su propia vida, pero pocos conocen su fascinante historia.
El historiador Tácito define a los suizos como un pueblo de guerreros, célebre por el valor de sus soldados. Esta fama se la ganaron a pulso y en consecuencia de las varias alianzas que los cantones suizos habían establecido en toda Europa (en nuestros días, la Confederación Helvética esta integrada por 26 cantones).
Los soldados suizos, por su fidelidad, su fuerza de ánimo y sus nobles sentimientos, se consideraban invencibles; y como en aquellos tiempos era normal ser mercenario, cosa en la que se especializaron los suizos, el papa Julio II encontró razones suficientes para hacerlos llegar a Roma en 1506.
Dos miembros de la Guardia Suiza en la Plaza de San Pedro
La fecha del 22 de enero de aquel año se considera que marca el nacimiento oficial de la Guardia Suiza Pontificia, porque ese día, al atardecer, un grupo de 150 suizos, al mando del capitán Kaspar von Silenen, del Cantón de Uri, a través de la Porta del Popolo entró por primera vez en el Vaticano, donde fueron bendecidos por Julio II.
El prelado Juan Burchard de Estrasburgo, ceremoniero pontificio y autor de una famosa crónica de sus tiempos, anotó el evento en su diario. Como antecedente, el papa Sixto IV había concluído, en 1479, una alianza con los cantones suizos, por medio de un tratado que preveía la posibilidad de reclutar mercenarios.
El 6 de mayo de 1527, durante el tristemente célebre Saqueo de Roma, los guardias suizos pontificios lograron salvar la vida del papa Clemente VII. La guardia, al mando de su comandante Kaspar Röist, resistió el embate de los españoles. Eran 189 guardias, de los que murieron 147 y sobrevivieron 42, quienes al mando de Hercules Göldli, acompañaron al Romano Pontífice a través del Passeto di Borgo, el famoso pasadizo secreto que corre del Palacio Apostólico del Vaticano a la fortaleza Castel Saint Angelo, donde le resguardaron velando por su vida hasta que terminó la invasión y el peligro.
La Guardia Suiza, es probablemente, el ejército más pequeño del mundo
Actualmente, la actividad de la Guardia Suiza Pontificia consiste en resguardar los ingresos del Palacio Apostólico en el Patio de San Damaso, en el Patio del Belvedere, en los pisos de las varias Logias, en la sala Regia, al frente de la Secretaría de Estado y en el apartamento apostólico, donde habita el Santo Padre. Tambien las entradas externas en el Portón Petriano, del ex Santo Oficio, en el Arco de las Campanas, en el Portón de Bronce y en la Puerta de Santa Ana.
Además presta servicio de honor, de control y de orden, siempre que el Papa está presente en las celebraciones litúrgicas en San Pedro, durante las Audiencias Generales, en las visitas de Jefes de Estado, Jefes de Gobierno, Ministros de Asuntos Exteriores y Embajadores.
La Guardia Suiza tiene la misión de proteger la integridad del Papa y del Vaticano
La Guardia Suiza requiere de constantes inspecciones, instrucciones, marchas, ejercicios de tiro y de defensa personal y cuenta con banda de música, tambores y coro.
El día 6 de mayo de cada año, en memoria de los 147 guardias suizos caídos durante el Saqueo de Roma, tiene lugar el juramento de los nuevos reclutas en el Patio de san Dámaso del Vaticano. La Guardia viste uniforme de gran gala, desde su comandante hasta el último alabardero. El capellan lee el siguiente texto del juramento:
Juro servir fielmente, lealmente y honorablemente al Sumo Pontífice Benedicto XVI y a sus legítimos sucesores, así también dedicarme a ellos con todas las fuerzas, sacrificando, donde sea necesario, también la vida para su defensa. Asumo igualmente estos compromisos con respecto al Sagrado Colegio de los Cardenales en toda la duración de la Sede vacante. Prometo además al Capitán Comandante y a mis demás Superiores, respeto, fidelidad y obediencia. Lo juro. Que Dios y nuestros Santos Patronos me asistan.
La Guardia Suiza recibe adiestramiento en uso de armas y artes marciales
Los nuevos reclutas, llamados por nombre, se adelantan y cada uno, con la mano izquierda sobre la bandera de la Guardia y la derecha levantada con tres dedos abiertos, como símbolo de la Trinidad, confirma y jura:
Yo (menciona su nombre), juro observar fielmente, lealmente y honorablemente todo lo que en este momento se me leyó. Que Dios y sus santos me asistan.
Desde el 20 de agosto de 2008, el Comandante General de la Guardia Suiza Pontificia es Daniel Rudolph Anrig, de 36 años de edad al día de su nombramiento por Benedicto XVI.