709 palabras
JERUSALÉN, 10 de agosto.- En una urgente votación por teléfono, los 14 miembros del Gabinete de seguridad israelí han accedido a la petición egipcia para usar helicópteros de combate en el Sinaí. Un hecho inusual que se enmarca en la operación de Egipto contra los grupos yihadistas sospechosos de haber matado a 16 guardias fronterizos en el atentado del domingo.
La autorización tiene pocos días de vigencia y condicionada a que que la presencia aérea no sea constante. La luz verde israelí era necesaria ya que los acuerdos de paz firmados en el 79 establecen una importante limitación militar egipcia en la península. Cuando se firmó el histórico acuerdo -el primero de Israel con un país árabe- “sólo” se temía un choque entre los dos poderosos ejércitos.
Casi dos meses después de vencer en las elecciones egipcias, el islamista Mursi afronta su primer gran reto militar y diplomático. Una prueba de fuego que examina sus relaciones con su aliado palestino, el islamista Hamas (controla Gaza), las Fuerzas Armadas lideradas por Tantawi, e Israel. La “Operación Limpieza del Sinaí” acabó en sus primeras horas con la muerte de 20 yihadistas, según fuentes oficiales egipcias. La cifra podría haber sido inflada para demostrar que actúan tras el atentado y castigan a los responsables. (Reuters)
Quien pronosticó que el presidente islamista de Egipto, Mohamed Mursi, ordenaría el fin o significativo enfriamiento de las relaciones debe esperar. “La cooperación en materia de seguridad es muy estrecha. Tenemos el mismo interés de luchar contra las redes terroristas del Sinaí que atacan a los dos pueblos y amenazan la estabilidad”, explica a ELMUNDO.es una fuente del Gobierno israelí. En el ministerio de Defensa esperan una amplia ofensiva egipcia que desactive los comandos terroristas que pululan en el norte del Sinaí con la complicidad de clanes de beduinos.
El pasado domingo, milicianos disfrazados de militares egipcios irrumpieron en el Iftar (cena que rompe el ayuno diario del Ramadán) provocando la muerte de 16 guardias fronterizos. Tras robar dos carros blindados, consiguieron infiltrarse en la zona israelí de Kerem Shalom antes de ser abatidos por la Fuerza Aérea y una unidad terrestre. La rápida reacción se debió a los numerosos dispositivos de vigilancia que Israel posee en la cada vez más inestable frontera con Egipto y sobre todo a la información que el servicio secreto interno había conseguido recabar sobre un inminente atentado. Un chivatazo trasmitido a la Muhabarat egipcia que no pudo o quiso descifrar a tiempo.
“Debemos tener claro que no es el último intento de los terroristas de atacar a nuestros soldados y ciudadanos. No siempre tendremos una alerta concreta”, advierte el jefe del Estado Mayor, Benny Gantz. Según él, “lo que ha pasado en el Sinaí nos obliga a estar preparados a un enfrentamiento en frentes simultáneos”.
Mientras Mursi intenta sofocar las críticas internas entre otros motivos por no hacer caso a las alertas recibidas -el jefe de los servicios secretos, Murad Muafi lo ha pagado con su puesto-, sigue la investigación sobre los atacantes que podrían haber sido más de 30.
El diario palestino Al Quds informa de que Mursi ha exigido al primer ministro en Gaza, el islamista Ismail Haniyah la entrega de tres destacados miembros del brazo armado de su grupo. Según “la fuente de seguridad” citada por el rotativo cercano al grupo Al Fatah, los tres ofrecen ayuda logística y con armas a yihadistas que operan en el vecino territorio egipcio. El diario aclara que no tienen relación directa con el atentado.
El dirigente de Hamas, Mahmud Zahar lo niega: “Es mentira, los egipcios no nos han hecho esta petición”. Su grupo ha pedido a Egipto que reabra el paso fronterizo de Rafah, desde un atentado definido ya como “estratégico”. (EL MUNDO)