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SANTIAGO, Chile, 2 de abril.- Las actividades en Iquique y Arica, en el Norte chileno, volvían lentamente a la normalidad, tras un terremoto de magnitud 8.2 grados Richter que destruyó lanchas de pescadores y causó daños totales o parciales a unas 2,500 viviendas y varias carreteras.
El terremoto dejó seis muertos, incluido un ciudadano de Perú y tres heridos graves. Un tsunami posterior, con olas que no superaron los 2.5 metros, causó daños en algunas zonas, como en una caleta de Iquique y en algunos locales de venta de comida en la costanera de Arica.
Entre las localidades más dañadas figura Huara, situada a 1,830 kilómetros al Norte de la capital, donde unas 70 casas se desmoronaron y otras quedaron inhabitables.
En la salida Sur de Iquique, en la pobre comuna de Alto Hospicio, unas 2,500 viviendas sociales quedaron inhabitables o con peligro de venirse abajo, informó su alcalde Ramón Galleguillos.
El terremoto tuvo su epicentro en el mar, frente a las costas de Iquique y dio pie a una alerta nacional de tsunami que hizo que unas 900,000 personas tuvieran que evacuar sus hogares en plena noche a lo largo de 4,000 kilómetros de costas. La alerta se fue levantando paulatinamente hasta que concluyó en Iquique, donde unas 90,000 personas pasaron la noche en tierras altas.
La Presidenta Michelle Bachelet visitó ayer varias zonas afectadas y permanecerá en el área hasta hoy. “Estamos acá para enterarnos de la difícil situación que han vivido los chilenos, desde el 16 de marzo no ha sido fácil por los sismos que han ocurrido hasta anoche. El gobierno está para apoyarlos”, afirmó la Mandataria. Agregó que “también reconocemos el temple que ariqueños e iquiqueños demostraron al país, nos han dado un ejemplo”.
Bachelet expresó que el Gobierno se ocupará de ayudar a todos los afectados, en especial a los pescadores y pobladores, y su ministro de Hacienda, Alberto Arenas manifestó que no habrá restricciones de presupuesto para esas ayudas.
La administración de Bachelet fue muy cauta en el levantamiento de la alerta del tsunami, pues en su primer gobierno (2006-2010) no alertó un asolador maremoto que siguió a un terremoto de magnitud 8.8, que causó la muerte de 526 personas y la desaparición de 25.
Chile es uno de los países más sísmicos del mundo y ostenta el triste récord de haber sido escenario del mayor terremoto de la historia, con una magnitud de 9.5 en 1960.
Expertos chilenos y extranjeros afirmaron ayer que el sismo de magnitud 8.2 que afectó la víspera al extremo Norte chileno no es el terremoto mayor que se espera en la zona, debido a la energía acumulada por 137 años en el roce de las placas Nazca y Sudamericana, en el fondo marino.
La última quincena de marzo, el extremo norte registró más de 400 temblores, de los cuales unos 30 fueron percibidos por los pobladores, algunos de magnitud 6.7. Los sismos recordaron a todos las advertencias de los expertos de que en el extremo norte puede ocurrir un gran terremoto.
Desde la noche del martes se han sentido más de 60 réplicas, algunas bastante fuertes, y no se descarta que puedan ocurrir otros movimientos con magnitudes cercanas a 7.
Mark Simons, geofísico del Instituto de Tecnología de California, dijo que “el punto clave aquí es que esta magnitud 8.2 no es el gran terremoto que esperábamos para esta zona. De hecho estamos todavía esperando potencialmente un terremoto más grande”. Enfatizó que “no sabemos cuándo va a ocurrir”.
“Nosotros hablamos de escenarios más probables y, tal como lo habíamos adelantado, esta zona podría haberse activado en un solo terremoto o en varios terremotos de magnitud un poco menor”, comentó Sergio Barrientos, del Centro Sismológico Nacional de la Universidad de Chile, en rueda de prensa, quien tampoco descartó la ocurrencia de un sismo mayor.
Algunos expertos locales informaron que con el movimiento telúrico del martes se liberó un tercio de la energía acumulada y que, por tanto, se deben liberar los dos tercios restantes. (AP)