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Mérida, Yucatán, 2 de abril de 2014.- Ante más de 200 estudiantes de la Facultad de Contaduría y Administración de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), Santiago Altamirano Escalante, magistrado especializado en justicia para adolescentes del Tribunal Superior de Justicia del Estado (TSJE) habló de las adicciones y enfatizó que “para su prevención, la familia tiene un papel fundamental”.
Egresado de la Facultad de Derecho de la UADY, el magistrado afirmó que “los jóvenes tienen que ser asesorados o aconsejados, de lo contrario toman decisiones que muchas veces no son las adecuadas”.
“Hoy los avances tecnológicos y la dinámica social de los temas relacionados con la economía impiden que las cosas se den como antes; se han perdido temas relativos a los valores y que surgen en el seno de la familia”, precisó al participar en el programa miércoles de conferencia.
Altamirano Escalante explicó que por lo general, cuando la sociedad se refiere a las adicciones se piensa en las drogas ilícitas, sin embargo “no es este el único tema, hay otros relacionados con los avances y dinámica económica que presentan una serie de adicciones distintas a las tradicionales”.
Reiteró que para prevenir adicciones la familia es fundamental. “¿Qué puede hacer el joven? pues no tomar decisiones en ámbitos que no conoce, sin importar cuál es; siempre debe preguntar sobre lo que no sabe y no conoce, debe formular las preguntas a quien sí conoce del tema o tiene la posibilidad o capacidad de responder”, explicó.
“Es así como el joven tomará decisiones sustentadas y no improvisadas porque es esto, la improvisación, lo que por lo general lo mete en problemas y lo guía a algún tipo de adicción”, detalló.
Y ante el amplio panorama de adicciones, Altamirano Escalante citó, entre las más importantes, las de tipo tecnológico. “La tecnología es una maravillosa herramienta pero está provocando estragos, no sólo en los jóvenes sino en las familias formales o establecidas”, precisó.
Asimismo, señaló el tema de las drogas licitas como alcohol y tabaco que también impactan porque son de uso cotidiano y finalmente conducen a los jóvenes a otro tipo de experiencia buscada en las drogas prohibidas. “La posibilidad de acceso al alcohol y tabaco, por amigos o en situaciones familiares, nos impide tener garantía de que este tipo de drogas autorizadas o permitidas no está llegando a los jóvenes”.
Y un tercer tema está vinculado con lo que se ha dejado de hacer y que tiene relación con el funcionamiento de la familia. “La situación nos ha llevado a que los jóvenes avancen sin esta guía necesaria para aprender valores y tener la fortaleza suficiente ante la dinámica actual de la sociedad”, agregó.
Respecto al fenómeno de la desintegración familiar, Altamirano Escalante dijo que “es un factor que influye en las adicciones y también los delitos; para los menores la disfuncionalidad familiar es determinante para que se involucren en los delitos.