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México (12 de mayo).-
Temer será presidente en funciones mientras el Senado juzga a Rousseff para determinar si su destitución debe ser definitiva. El juicio puede tomar hasta seis meses.
En una ceremonia en el Palacio de Planalto, en la que tomaron posesión sus ministros, Temer realizó su primer pronunciamiento como jefe de Estado y prometió “diálogo” para llevar a cabo reformas que permitan construir una “democracia de la eficiencia”.
Goza de poca popularidad al igual que la mandataria Dilma Rousseff.
Michel Temer, quien no ha ganado una elección propia en una década, es un conocido negociador y sus detractores dicen que encabeza la conspiración para destituir a su jefa, la presidenta brasileña.
Temer sería presidente interino durante el tiempo que dure el juicio a Dilma y posiblemente hasta el final del período de Rousseff en 2018.
Asimismo, la firma del vicepresidente aparece en algunas de las medidas presupuestarias presuntamente ilegales que dieron lugar al proceso contra Rousseff. También aparece implicado por corrupción, aunque no ha sido acusado, pues como funcionario electo, disfruta de inmunidad y soló la Corte Suprema puede adelantarle un juicio.
La relación entre Rousseff y Temer siempre fue fría, pero su alianza política se rompió formalmente la semana pasada cuando la presidenta lo acusó de conspirar contra ella. Temer ha dicho que no se referirá al asunto del juicio político hasta que el Senado tome una decisión.