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*México (13 de junio).-
Los pertenecientes a la extrema derecha ya no quieren verse como unos resentidos. Por ello ahora quieren ser un movimiento fresco, juvenil y a la moda, exacto: a la moda.
Originalmente, el neonazismo alemán estaba impulsado por un aspecto ultramasculino y de extrema derecha, en la que normalmente lucían las cabezas rapadas, la violencia y los atuendos militaristas, como botas o chamarras bombers, perteneciendo a la cultura skinhead y rechazando influencias de la cultura pop moderna.
Pero, recientemente, esto ha cambiado, con los jóvenes nipsters que defienden causas como los derechos de los animales y el ecologismo, así como las de carácter de ultraderecha como la oposición a la migración.
Sí, se llaman nipsters- mezcla de las palabras nazi y hipster- y simplemente son jóvenes neonazis que adoptan aspectos más de moda.
El surgimiento y la creciente repercusión mediática de esta corriente tomó fuerza a raíz de una imagen obtenida a principios de 2014 por el fotógrafo alemán Jesko Wrede en la que aparecían tres neonazis en una concentración en Magdeburg.
Uno de ellos llevaba una poblaba barba siguiendo las últimas tendencias, grandes lentes de sol, gorra de beisbol y un bolso de tela con el mensaje: “Por favor, no empujes, llevo un yogur en la bolsa”.
La foto se hizo viral en las redes sociales. Luego la revista estadounidense Rolling Stone trazó una detallada radiografía del movimiento y sus objetivos en un reportaje titulado “Heil hipster”.
Uno de los fundadores del movimiento, Patrick Schröder, dijo a dicha revista que le quería dar al neonazi alemán una cara más amigable y moderna.
Schröder comentó que los neonazis que puede vivir integrados, son el futuro del movimiento.
“Yo era un skinhead (cabeza rapada) de joven. Como nacionalista, pensaba que me tenía que vestir así. Pero acabé con eso en 2002, 2003, porque me di cuenta de que era una completa estupidez”, explicó Schröder al medio digital Vocativ.
“Esto es una lucha política, no pretendemos ser una subcultura. Como movimiento deberíamos trabajar de esta forma para encajar mejor en la corriente mayoritaria”, añadió este bávaro de 30 años que viste siempre de negro y luce un cuidado peinado hipster, rapado en los laterales, pero largo y cuidadamente peinado en la parte superior.
Por lo cual, ahora los neonazis en sus eventos se visten como los hipster de Brooklyn, tienen una enorme actividad en sus Tumblr, y sus sitios en internet se han vuelto más elegantes y sofisticados, incluso tienen un programa de cocina vegana nazi en YouTube.
Tim y Kevin -ambos seudónimos- son dos neonazis de Hannover que destacan dentro de esta nueva ola.
Ellos son los presentadores del primer programa de cocina vegana Balaclava Kücke (Cocina pasamontañas), ya que los dos aparecen siempre con las caras tapadas con este accesorio.
La emisión es irregular y terriblemente amateur, pero recibe miles de visitas.
Uno de sus programas explica cómo hacer un nutritivo desayuno vegano durante media hora, y mientras cocinan hablan mal de los detractores de su ideología y de los extranjeros.
Otros nipsters han llegado a disfrazarse como el ?Monstruo come galletas? y así han regalado panfletos en escuelas y preparatorias.
También hay los que se han vestido de osos, y se han sacado fotos para Instagram con el hashtag #OsoDeLaDeportación para promover la salida de los turcos que viven en Alemania.
En Austria, el gurú del nuevo estilo se llama Martin Sellner y dirige el llamado Movimiento Identitario, que apoya al Partido de la Libertad de Hofer.
Sellner se autodenomina “hipster de derechas” y define a su grupo como “un Greenpeace patriótico”.
Sus compañeros revientan actos de izquierda con métodos copiados de los activistas ambientales para maximizar el impacto mediático.
Por ejemplo, durante la campaña electoral, sus chicos impecablemente peinados interrumpieron una obra de teatro con actores refugiados y rociaron al público con sangre falsa.
Simone Rafael, editora jefe de la web Netz Gegen Nazis (La red contra los nazis) ha publicado que se trata de una estrategia para llevar la ideología a otros círculos y de lograr puntos de entrada en la cultura popular como la globalización o la protección de los animales aunque al final siempre se trata de antisemitismo y nacionalismo.
“Se están volviendo más sutiles y confundiendo a la gente que no son parte de la ultraderecha”, explicó.
El blog sobre neonazismo Störungmelder (Comunicador de problemas) del periódico conservador Die Zeit advirtió que esta tendencia indica que la ultraderecha no es un problema de ayer.
“En lugar de resaltar siempre lo espectacular de la extrema derecha, deberíamos prestar atención a la normalidad de la ultraderecha”.
El autor, que se mantiene en el anonimato por motivos de seguridad, argumenta que el anclaje a la moda en distintas subculturas permite despertar interés y buscar potenciales sucesores.
“Ofertas de umbral bajo facilitan la entrada en la escena (neonazi). Mediante la asunción de activos cotidianos se logran puntos de enganche que posibilitan precisamente esto”, concluye.