345 palabras
*México (13 de junio).-
El responsable de la discoteca Pulse, sitio donde ocurrió el crimen de ayer en Orlando, Eddie Justice envió un mensaje de texto a su madre, Mina: “Mami, te quiero. Hay disparos en el club”. Unos 30 minutos después, escondido en un baño, volvió a escribirle: “Viene. Voy a morir”.
Su madre, luego de llamar a los servicios de emergencia continuó enviándole una serie de mensajes para conocer su estado, si se encontraba bien, y le pidió contestar su teléfono. La señora Justice le cuestionó si alguien estaba herido. Eddie respondió que había muchos lesionados.
Según reportes de medios de comunicación, a las 02:50 horas el joven contestó: “Es un terrorista’’. La madre de Eddie preguntó si el asesino estaba en el baño con él. Su hijo, finalmente contestó: ‘’Sí’’.
Eddie Justice entraría más tarde en la lista de los fallecidos en la balacera.
Al menos 53 personas fueron hospitalizadas, la mayoría en estado crítico, y un cirujano del Orlando Regional Medical Center dijo que era probable que la cifra de víctimas mortales suba.
Hasta el domingo, el tiroteo con más víctimas en Estados Unidos era el ataque al Tecnológico de Virginia en 2007, donde un estudiante mató a 32 personas antes de suicidarse.
La familia de Mateen procede de Afganistán, pero el joven había nacido en Nueva York. Su familia se mudó más tarde a Florida, según las autoridades.
Jon Alamo llevaba horas bailando en el Pulse cuando entró en la sala principal de la discoteca justo a tiempo para ver al pistolero. “¿Han visto alguna vez como sostienen las grandes armas los marines, disparando de izquierda a derecha? Así era como él disparaba a la gente”, dijo.
“Mi primer pensamiento fue, dios mío, voy a morir”, apunta Alamo. “Recé a dios para poder vivir otro día”.