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Después de algunos años, dos amigos, ex estudiantes de la Ibero, se encuentran y sostienen un diálogo. Son Felipe y Julio. Este es médico, aquel se graduó de politólogo. Comienza a comentar las cosas Felipe, el politólogo economista.
—Enrique Peña Nieto no fue bien recibido en la Universidad Iberoamericana. Fue rechazado totalmente.
—¿Cómo va a ser? No te lo creo.
—Mira el video. No es un video, son muchos.
—¿Y cuál es el problema?
—¿Cómo que “cuál” es el problema? Pues ¡todo es un problema! Lo que sucede es que el público de la Universidad Iberoamericana está compuesto por gente que sí cuenta con información de calidad acerca de este país.
—¡Bah! Información, información… Todo lo malo es por falta de información o por exceso de información falsa. Es tu cuento de siempre.
—Bueno, a ver, explícame, ¿cómo puede un elector saber por quién debe votar si no sabe la realidad acerca del partido, la historia y los personajes que se involucran en uno y otro partido?
—Mira, todos los pinches políticos son la misma gata revolcada. Todos son deshonestos, mentirosos, interesados, falsos, manipuladores y con largos colmillos para ver cómo engañan a la gente.
—¿Todos los políticos son iguales, Julio, todos? ¿Estás seguro de lo que estás diciendo?
—Pues no yo lo digo, es lo que dicen las caricaturas y las editoriales. Además, todos se quejan de los políticos.
—Pero no todos son iguales, Julio. Para nada. Pero eso es lo que quieren que tú y yo sepamos, que todos son iguales. Pero eso es falso. Hay personas que están en la política, pero no son políticos, porque no tienen el colmillo que se necesita para serlo en nuestro país.
—¿Colmillo?
—Sí, la malicia, el conocimiento de cómo actúan en general. Por eso les dan la vuelta 10 veces, se los llevan al baile, como quien dice.
—¿De quién hablas?
—Por ejemplo, los políticos panistas. Son gente que se mete a la política creyendo que con solo hablar bonito y decir muchas cosas en sus discursos para combatir la corrupción y el autoritarismo, lo van a lograr.
—¿Me estás diciendo que son “ingenuos” los panistas?
—Sí, terriblemente ingenuos. Tan ingenuos como los que creemos que quienes están acostumbrados a actuar como los hacen los priistas, van a cambiar con solo oír los discursos. Esos no cambian nunca. Siguen siendo los mismos. Se forjan en las universidades públicas como líderes estudiantiles. Desde ese momento aprenden a manipular, a dar “atole con el dedo”, primero a los estudiantes y después a la gente de la sociedad.
—¿Y qué? ¿De dónde salen los políticos panistas?
—Es gente de todos los estratos sociales, de todos los pueblos grandes y pequeños de México, que están hartos de ver cómo se hacen las cosas. Entonces entran a la política y resulta que tienen que tratar con los priistas. Entonces, la verdad, creo que se vuelven locos.
—¿Locos? ¿Así, de plano?
—Te podría mencionar varios ejemplos, tipos que gritaron a garganta abierta y cuando tuvieron que tratar con sus “amigos” priistas, entonces abandonaron el sentido de sus gritos y se dedicaron a transar. Usan el verbo negociar también. Para el caso es lo mismo. Yo pienso que la ley no se puede negociar. La ley es exacta. Te indica lo que debes hacer y lo que no puedes hacer. No tiene lugar para jugar o transar. ¿No crees?
—Entonces, por eso el país está como anclado. No se puede levantar porque en alguna forma el modo de ser del mexicano en general, no se lo permite.
—Mira, un gran ejemplo está entre los diputados. Cuando Fox ganó, el congreso estuvo lleno de diputados panistas. Eran más que los priistas. Pero para hacer ciertas reformas a la Constitución, se requería de la aprobación de los priistas. Y ¿sabes qué? Los ingenuos panistas, acabados de aterrizar por primera vez en una curul nacional, se ofuscaron cuando escucharon la potencia priista, dueña del recinto legislativo y no supieron decir nada, no supieron jamás defender lo que su presidente necesitaba para que el país progresara. Y, ¿sabes qué es lo peor? ¡Que se quedaron calladitos!
—Y ¿qué querías que dijeran?
—Que se dedicaran a informar en sus respectivos estados, todos los días, por todos los medios, lo que estaba pasando. Que pusieran al país de cabeza con la información de lo que los priistas estaban haciendo en el congreso. Ese debió haber sido el momento de pararlos en seco. Pero, la verdad, eran gente muy ingenua. Y de estas personas se formaron dos grupos: los desilusionados, que probablemente optaron por cobrar sus cuotas tristemente y los transadores, que optaron por cobrar pero riendo con sus colegas priistas, por lo menos para no sentirse tan aislados. ¿Y el país? ¡Mal, gracias!
—Coño, eso sí que es triste.
—Pero el priismo extraño no solo está en cada mexicano, sino en cada periodista. Bueno, hay muy honrosas excepciones, pero muy escondidas, es decir, de muy bajo perfil, precisamente porque así es como los tienen que mantener. Por ejemplo, ahora, tienes el caso del abucheo de que fue objeto Peña Nieto al visitar la Ibero. ¿Ya leíste cómo se publicó esa nota en todos los periódicos y revistas del país, con unas cuantas excepciones perdidas en el pozo del agua sucia del periodismo bananero mexicano? ¿Ya lo leíste?
—Supongo que si lo hago, no me va a gustar lo que voy a ver. Digo, ya vi los vídeos y lo que sucedió allá es solo una demostración de que si la gente está bien informada, van a rechazar al político cabrón.
—Peor que eso. Los medios informativos bananeros mexicanos hablan de un triunfo de Peña en la Ibero. Hazme el chingado favor. ¡Un triunfo! Hablan de un boicot en contra del político priista. Es más, Pedro Joaquín Coldwell, el presidente nacional del PRI, ¿sabes qué se atrevió a decir?
—A ver, qué dijo el tipo.
—Dijo que había que investigar a los estudiantes de la Ibero, por su actuación. Es decir, estos priistas están hoy exactamente igual a como estaban en los 70, cuando se creían dueños de México.
—Yo creo que el país no resiste que las cosas sigan igual.
—El problema es que los técnicos que sí entienden lo que debe hacerse son los panistas, pero no tienen la capacidad política para vencer a los priistas. Por otra parte, los perredistas no tienen las hipótesis financieras y económicas correctas. Creen que es posible hacer a todos ricos con solo distribuir la riqueza, cuando para que distribuyas algo, primero que nada, tienes que tenerlo. En el caso de México, el dinero que valen las acciones de los millonarios, no es riqueza, pero esto, estos políticos del amor, sencillamente ¡no lo entienden!
—Oye, cabrón, entonces estamos en un callejón sin salida. La realidad es que la mayor parte de la gente no entiende ni madre de lo que está pasando. Solo se da cuenta de lo que le dicen los medios y estos jamás exaltan lo que sí funciona, sino solo lo que falla.
—Ah, ¡qué bueno que te das cuenta! Así es. A ver, ¿por qué digo que el panismo ha logrado hacer lo que ha podido, mejor que jamás se hizo? Lo digo y me preguntan que cuánto me pagan por decirlo. Eso es lo malo, quizás si yo tuviera que decir cosas a favor del PRI y me pagaran, muchos problemas podría resolver, pero, la cuestión no es esa, sino, ¿cómo puedo hablar a favor de algo que no entiendo? ¿Invento? Entonces habría que hacer un cuento. Pero hasta los cuentos tienen que tener su fondo real, de verdad.
—Y ¿qué carajos podríamos hacer los mexicanos ante esta tragedia?
—Por desgracia, ya no mucho. Cada vez menos. Estamos ya a unos cuantos días (46) del día de la Gran Elección. Nos van a dar en la madre, pero no los políticos, sino el electorado. ¿Ya viste lo que dicen las encuestas?
—Mira, pero, ¿por qué sería tan terrible que ganen unos y pierdan otros?
—Es muy sencillo: el panismo tiene la política de la disciplina fiscal. El priismo tiene la política de la disciplina política, usando el dinero para que políticamente queden bien. El perredismo persigue que la gente perciba que se hace justicia. Entonces, si consideramos cada una de esas tres formas de actuar y las comparamos con lo que sucedería en cada caso, vas a ver que son tres resultados muy diferentes.
—A ver, yo quiero oír eso. ¿Qué pasaría si ganan los del amor?
—Van a necesitar las reformas; sin ellas no van a poder hacer nada. Por eso, mejor te explico los casos considerando en todo momento que las reformas sí se aprobarán. Por ahora, solo piensa que se aprobarán, si tú quieres, de milagro. ¿OK?
—Bien, empieza por los del amor, con reformas aprobadas.
—OK. Veamos. Van a querer subsidiar combustibles, porque es lo que están ofreciendo. Pero eso es regresar al pasado. El PRI, en su época de autoritarismo total, inventó lo de PEMEX como fuente de ingresos para la forma de “Estado Mexicano” que ellos querían formar. Los impuestos serían lo de menos, porque no puedes exigir que te paguen lo que finalmente vas a ver cómo te robas tú o tus amigos. Por lo tanto, lo de los impuestos se dejó allá para controlar: si no hacías lo que ellos querían entonces te caía la guillotina fiscal, que siempre estaba lista, con leyes preparadas para que todos sean culpables al momento de encontrarlos. Se sabe que no puede ningún gobierno vivir de la venta de hidrocarburos; acabamos perdiendo todos. Pero todo indica que los del amor, se concentrarían en hacer lo que se hacía antes de Salinas.
—O sea, devaluaciones e inflación.
—Exacto. Pero además, dicen que van a bajarse sueldos, lo cual es bueno, pero solo significa una pequeña parte del problema. Al subsidiar los combustibles, significa que seguirán, con o sin reforma, utilizando el dinero público para los energéticos del país. Cuando se den cuenta del costo real del sindicato, no van a poder hacer nada, porque sería ir en contra de sus propios principios. Siempre las soluciones populistas son poco o nada realistas. Por eso no sacan a las sociedades de los graves problemas en que se encuentran.
—Entonces, económicamente nos llevarían a un desastre total.
—Bastante total. Vé cómo son las cosas hoy: todos los pagos que deben hacerse se hacen completos y a tiempo. Las obras que se mandan a hacer, se construyen según lo planeado y no según les dé el presupuesto para salir del paso. Cuando una entidad está quebrada y es imposible mantenerla, entonces el gobierno hace lo que se tiene que hacer: se liquida esa entidad, en vez de mantenerla para no pagar los costos políticos.
—Y ¿si entran los priistas?
—En primer lugar, van a querer perpetuarse en el poder. Eso requiere fondos, dinero. Con la excepción de Zedillo, todos los gobernantes priistas han engañado a la nación en lo que han hecho económicamente. Mira, allí tienes el caso de Salinas: llega al fin de su sexenio como si todo estuviera perfecto, nada más que la reserva estaba vacía y solo con lo que requería Telmex para pagar su deuda en el extranjero, la reserva quedó vacía totalmente. Pero para el resto del mundo, Salinas había obrado un milagro. Este, desde luego, cayó estrepitosamente cuando Zedillo se dio cuenta de que era imposible gobernar un país en base a una mentira.
—O sea que, el priista Zedillo, no fue tan malo.
—No, no solo no fue malo, sino que fue excelente. De hecho, a Zedillo se le trató mal y muy injustamente de parte de los de su propio partido. Además, no debemos olvidar que Zedillo no iba a ser el ungido: solo quedó para llenar el lugar que quedó vacío al morir Colosio.
—¿Pues no que a Colosio lo mató el grupo de Salinas?
—¡Nada más falso! Colosio iba a ser el portador de la cara amable y populista, en tanto que Zedillo iba a hacer lo que tenía que hacerse (y que finalmente hizo) pero tras bambalinas. Al morir Colosio, el teatro cayó y fue Zedillo el único que quedó para hacer las cosas. Y las cosas que hizo son las que debieron haberse hecho muchos años antes. Lo más importante de todo fue haber renunciado al poder de emitir dinero. La maquinita impresora de billetes se quedó bajo el poder autónomo del Banco de México. Se acabaron las devaluaciones sorpresivas, al estilo priista del siglo 20.
—¿Y qué papel jugaron Fox y Calderón en todo esto?
—No había mucho que se pudiera hacer, excepto resolver los problemas que no han querido resolver los priistas: la reforma fiscal, la reforma educativa a fondo, la reforma judicial, la más importante, la reforma energética y, desde luego, la reforma laboral sin la cual el país se queda con una pesada ancla que le impide progresar. El papel de Fox y de Calderón fue siempre impedir que el país regresara al populismo engañoso de todos los anteriores, incluyendo a Salinas. Demostraron Fox y Calderón, que con solo cumplir las leyes, era posible mantener al país a flote y en crecimiento moderado (no el que podría ser, por la falta de legislación adecuada). Lo más significativo es haber logrado lo que jamás antes se había podido hacer: elevar la reserva de divisas al nivel de una nación de verdad y no de una estación de Monopolio, pero el juego aquel…
—¿Cómo está eso de las divisas?
—Zedillo entrega el país a Fox con 18 mil millones de dólares en las reservas, y una deuda internacional de 160 mil millones de dólares. Para todo mundo, era algo impagable.
—¿Y qué logró Fox?
—Fox termina su sexenio con una reserva de 63 mil millones de dólares y una deuda de menos de 90 mil millones.
—O sea, Fox baja la deuda a casi la mitad, pero eleva las reservar más de 3 veces… Coño, pues qué chingón, ¿no? No que era muy bruto… ¿Y cómo estamos con Calderón?
—Pues aún sin terminar el sexenio, las reservas ya andan arriba de 150 mil millones de dólares, con una deuda internacional de menos 80 mil millones; pero además, con una línea de crédito en el FMI (Fondo Monetario Internacional) de más 150 mil millones. De hecho, hay fondos de México, hoy, que le sirven de respaldo a otras naciones endeudadas.
—Entonces, el chaparrón calvín ha hecho bien las cosas. ¿Por qué lo joden tanto?
—Porque así es la política.
—Pero, coño, ¿por qué eso no lo sabe todo mundo? ¿Por qué la prensa no habla de los verdaderos logros y solo habla de lo que no se ha podido conseguir que, a todas luces, ni es culpa de los que están gobernando? Sabes qué, ¡me estás encabronando!
—Pues así es la vida política de nuestro México, Julio. Para que te enteres.
—Pero, coño, no entiendo por qué los priistas, y la verdad, ¡también los perredistas! No entiendo por qué, se negaron a aprobar las reformas. ¿Qué? ¿Solo les interesa el triunfo político de sus partidos? ¡Qué poca!
—Pues le estás dando el nombre que se les debe dar a las cosas. La política puede llegar a ser tan sucia que le negaron la aprobación de las reformas a los panistas para impedir, a toda costa, que el país se levantara y progresara bajo los regímenes no priistas. Eso, ¡no lo podía permitir! ¿Te das cuenta?
—¿Y cómo nos iría si el PRI llega a ganar? Que mira que con solo saber que ellos han impedido que México crezca más, ya nadie debería darles su voto, nadie. ¡Si son unos verdaderos traidores a la patria! ¡Coño, cómo es posible que este país reaccione así! ¡No me chingues!
—Los del PRI, van a basarse en las reservas y probablemente lo que harán es imprimir billetes, rompiendo así con el FMI, que hoy tiene a México como un ejemplo mundial de cómo sí deben hacerse las cosas. Van a aparentar, al entrar, que todo es abundancia. Así van a lograr una gran inflación que eventualmente se convertirá en una fuga de divisas tremenda y la devaluación que le corresponde. Ellos requieren grandes cantidades de dinero para mantener contentos sus cuadros de compromisos electorales. Y eso solo se logra con repartición de chambas. Vamos a ver un gobierno gordo, ineficiente, inútil. La reserva de divisas, en vez de crecer, se irá para abajo progresivamente o crecerá muy lentamente. No es atractivo un país en el cual hay inflación o inseguridad fiscal y financiera.
—O sea, devaluaciones…
—Exacto. Si la producción que tienes circulante es menor que el dinero que estás emitiendo, entonces vas a provocar eso, inflación y devaluaciones.
—¿Y en la cuestión educativa?
—La cuestión educativa es un grave problema para todos, porque está en manos de un sindicato. Esto significa poder distribuido a todo lo largo y ancho del país. O hacen lo que el sindicato pide, o se atienen a consecuencias muy peligrosas para todo el país. No veo grandes posibilidades.
—Y ¿qué pasa si el PAN gobierno con reformas?
—Todo México cambia para siempre. Con las reformas, la reserva de divisas (que es lo que hace a un país atractivo para la inversión directa extranjera) crecerá exponencialmente. En unos 4 o 5 años contará México con más de 450 mil millones de dólares, al mismo nivel de China. La reforma laboral lo hará atractivo para crear empresas con flexibilidad de contratación, cosa que hoy no existe. Las leyes fiscales harán que el gobierno disponga de más fondos para inyectarles a las zonas paupérrimas, convirtiéndolas en sujetos de consumo. La disciplina fiscal mantendrá el valor del peso mexicano frente a las demás monedas, siempre fuerte, pero equilibrado; es decir, adecuado para el consumidor y atractivo para las exportaciones.
—Pero, tú lo has dicho, con reformas.
—Así es. Es lo que tenemos que considerar en serio. ¿Cómo podemos hacerle ver al electorado que tiene que escoger una opción que garantice la aprobación de las reformas y un gobierno que garantice disciplina fiscal y gasto orientado al crecimiento sin inflación? Es decir, si el panismo ha logrado mantener a México a flote, y por encima de otros países que se han caído en crecimiento y en estructura fiscal, con todo y las crisis que han pegado aquí, ¿te imaginas lo que lograría con reformas constitucionales aprobadas?
—¿Y el asunto de los grupos criminales?
—Yo no quisiera ver que se pacte y se les facilite la distribución por las escuelas, para que en forma más fácil ganen consumidores, esclavos. Yo pienso que es necesario combatirlos hasta que entiendan que si son empresarios, deben buscar otra empresa, pero si ya cometieron crímenes, serán juzgados y deberán pagar con el castigo judicial que se les imponga. Pero ¿transar? Por favor, solo oírlo en este entorno me causa graves estragos mentales y fisiológicos.
—Pues no veo nada bien el panorama…
—¡Bienvenido a la realidad! ¿No es desesperante?