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Lunes 14 de mayo.- La Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), organismo de la ONU para las tecnologías de la información, está estudiando, a espaldas de la opinión pública, una propuesta para otorgar más poder de decisión a los gobiernos sobre Internet.
Con el apoyo de países como Rusia, Brasil y China, esto podría significar el fin del acceso mayoritario a la red.
Después de WikiLeaks y de la Primavera Árabe, un creciente número de países quiere ‘democratizar’ Internet. China, Brasil, India y Sudáfrica utilizan la UIT como plataforma para sus planes, dice Dieuwertje Kuijpers, de la Fundación Telders (prof. Teldersstichting), oficina científica del partido liberal holandés VVD.
‘Para estos países la UIT es la plataforma adecuada. A través de ella pueden establecer reglas para Internet’, explica. Tanto reglas de comportamiento de usuarios y servidores como regulaciones de acceso a Internet.
Rusia y China fueron los primeros países de la Organización de las Naciones Unidas que propusieron un impecable Código Internacional de Conducta para la Seguridad de Información. Este código contiene los derechos y responsabilidades de los Estados en la red.
Entre las reglas está la posibilidad de combatir a criminales y elementos extremistas que ‘atenten contra la estabilidad económica y política del Estado’. Dicho de otro modo: poner orden en el caos, comenzando con medidas ‘triviales’ como prohibir el anonimato y el derecho a la privacidad en Internet.
Las primeras reacciones en Estados Unidos y Europa fueron un tanto burlonas. Pero, el controvertido código de conducta ha conseguido una segunda oportunidad.
India, Brasil y Sudáfrica abogan por un nuevo organismo de la ONU que se encargue del acceso igualitario a Internet. El Comité para las Políticas Relacionadas con Internet incluiría a 50 países de la ONU, más 4 organismos asesores provenientes del mundo empresarial y organizaciones sociales.
Pocos parecen darse cuenta que esta comisión representaría el fin del llamado ‘principio de multi participación’ que garantiza el poder de decisión de todos y cada uno. Los 50 países representados en el comité tendrían la última palabra sobre el acceso a Internet de los más de 6 mil millones de habitantes del planeta.
Un parlamentario de la Izquierda Verde holandesa, Arjan El Fassed, opina lo siguiente: ‘el crecimiento y desarrollo de Internet ha sido posible porque no pertenece a nadie y nos pertenece a todos. A todas las instancias les gustaría tener a Internet bajo su control, desde la industria del entretenimiento hasta los Estados. El peligro es que las regulaciones se conviertan en una forma encubierta de control, lo que sería malo para todos’.
La Organización de las Naciones Unidas debería ser la última en preocuparse de este tema, opina Dieuwertje Kuijpers. ‘La ONU es un organismo burocrático y poco transparente, casi aterrador’, dice. Además la experiencia muestra que es imposible llegar a este tipo de acuerdos por consenso.
En el pasado la UIT mostró que era útil. A fines de los años ochenta reguló la liberalización de Internet. Acceso para todos, sin restricciones de alcance internacional. Los Estados nacionales son los responsables de las regulaciones de uso. Organizaciones internacionales como ICANN quedaron a cargo de los estándares técnicos y la estabilidad del servicio.
No está claro lo que quieren los países que están promoviendo la nueva iniciativa. Es más que probable que en la agenda aparezcan temas como la seguridad cibernética, la privacidad y el almacenamiento de datos, pero el texto de la propuesta, a pesar de su enorme alcance público, sigue siendo secreto.
El parlamentario El Fassed considera que Holanda no debe seguir negociando hasta que la propuesta de la ITU se haga pública. ‘La mayoría de los usuarios quiere una Internet abierta, en ningún caso más controlada.
El problema con este tipo de situaciones es que las organizaciones sociales apenas participan en la toma de decisiones. Holanda debe atreverse a poner la cara por los usuarios. Lo mismo deberían hacer los otros países de Europa’.
Dieuwertje Kuijpers considera igualmente que los países miembros no deben esperar hasta la ratificación sino intervenir ahora mismo en las conversaciones. ‘Este proceso comenzó en 2005. No tendría sentido mostrar sorpresa cuando la propuesta sea presentada a fines de este año en la conferencia sobre telecomunicación en Dubai. Es necesario intervenir ahora’, asegura Kuijpers.
Con la ratificación de la controvertida ley anti piratería ACTA quedó claro que los políticos no comprendían completamente el contenido del acuerdo. Especialistas en las áreas de derechos civiles y libertad en Internet debieron informar a parlamentarios y funcionarios sobre los alcances de ACTA.
Hoy no se pueden permitir esa ignorancia. Como dice Kuijpers: ‘ACTA es nada en comparación con los planes de la ITU’. (Radio Nederland)