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Una estrella
El problema de querer imitar al cine franquicia, es que a veces no se sabe en qué momento una fórmula debe terminar. Esto le ocurrió a la saga de horror "Rec", famosa por su formato de falso documental y por abordar el tema zombie —en su primera entrega—, que luego dio un giro demoniaco —en la segunda parte. "Rec 3. Génesis" es un ejemplo de cómo la ambición transforma las buenas ideas en remedos insoportables.
Leticia Dolera vive el día más feliz de su vida: su boda. El festejo se realiza en una lujosa sala de fiestas, rodeada de grandes jardines. En plena celebración un virus se esparce entre los invitados, transformándoles en violentos zombies que atacan y muerden a quien tengan enfrente. La locura se apodera de la fiesta.
Los ambientes claustrofóbicos que eran parte de su atmósfera, se diluyen al ubicar esta nueva trama en espacios abiertos. El miedo es sustituido por la comedia paródica. El formato abandona el falso documental, se inspira en el cine de serie B y hasta se atreve a imitar —injustificadamente— a Tarantino. Al final, "Rec 3" se vuelve una "Sacary movie" de sí misma. Es decir se queda en el plano de la parodia ramplona.
Jaume Balagueró abandona a Paco Plaza en la dirección de esta cinta. Lo malo es que el talentoso de la dupla es Balagueró. Plaza da rienda suelta a su emotividad adolescente y se limita a deleitarse en sus ilusiones cinéfilas sin pensar en el público. El sobresalto, de las primeras dos películas, se convierte en una broma de mal gusto.
El guión de "Rec 3" es endeble desde sus primeras escenas. Aunque algunos elementos en su entrada resultan lo más rescatable de toda la película, en especial la presentación a modo de grabación de boda. Con todo y el clásico editaje que mezcla fotos del novio y de la novia amenizadas con una de las canciones predilectas de los recién casados.
El filme inicia como un falso documental, aunque luego adopta el punto de vista tradicional. Esta decisión de romper con el estilo visual de la saga es un acierto. La perspectiva de falso documental ya está desgastada después de tantas producciones fallidas que la emplean como mera moda y nunca con inteligencia. Ese gustito de jugar a documentar la ficción casi siempre se aplica con ingenuidad, pues es muy difícil que el formato se justifique argumentalmente. Ejemplos: "Cloverfield", "Actividad paranormal", "Cuarentena", "Poder sin límites", entre muchas.
Hay muchas situaciones descabelladas en la trama de "Rec 3. Génesis". De entrada, la que viene de cajón con el falso documental, el deseo de querer seguir grabando en medio de una situación tan aterradora es incomprensible. Y muchas otras como: no es creíble que un sujeto le preste a otro —que ni siquiera conoce— una cámara de cine, la novia que se transforma en un personaje de videojuego y maneja una sierra eléctrica; ver al novio y al mesero vestidos de caballeros medievales y que un par de mujeres se pongan a arreglar malentendidos mientras son atacadas por zombies. Aún siendo una película de horror, donde la fantasía es parte de la realidad fílmica, hay que mantener cierta congruencia entre acciones y personajes.
Desgraciadamente, la posmodernidad le ha hecho creer a mucha gente que en el cine, en el arte y en la vida misma: todo está permitido. Eso ha derivado en el enaltecimiento de la trivialización y la improvisación. Ahora, cualquier producto es justificable dentro de estos parámetros. Se piensa que para hacer cine solo basta con tener ganas. El guión, la estructura y la técnica son aspectos anticuados e innecesarios. En ese sentido "Rec 3" es un producto que nace de dicho pensamiento, donde el autor se regodea en sus propios desvaríos, hablando para el mismo y ajeno a cualquier contacto con la realidad.
Lo mejor: los primeros minutos.
Lo peor: que no se decida entre el horror o la parodia.