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LONDRES, 9 de mayo.- La reducción del déficit, la reforma de la Cámara de los Lores y la división de la banca (la de inversión de la comercial) son algunas de las prioridades del Gobierno británico, presentadas este miércoles por la reina Isabel II en una solemne ceremonia en el Parlamento.
Acompañada por su esposo, el duque de Edimburgo, la reina acudió en carroza desde el palacio de Buckingham a la sede del Parlamento, donde dio a conocer 14 proyectos de ley y cuatro borradores elaborados por el Gobierno del primer ministro, David Cameron, para este curso parlamentario.
La reina Isabel II deja el Palacio de Buckingham para dirigirse al Parlamento británico. (Getty Images)
La soberana de 86 años, ataviada con corona y manto de armiño como es tradicional, comenzó su discurso señalando que la prioridad del Gobierno de coalición entre conservadores y liberaldemócratas es reducir el déficit público.
En el programa se ha incluido además la reforma de los Lores, un texto que cuenta con un fuerte apoyo de los liberaldemócratas -que forman el Gobierno de coalición con los conservadores- pero al que se oponen numerosos diputados tories.
La Corona Imperial.
El objetivo del proyecto es reducir el número de pares —actualmente hay 800— y hacer que el 80% de los miembros de esta Cámara sea elegido a través de un sistema proporcional y no como hasta ahora, en que priman escaños designados por la Reina bajo la recomendación del Primer Ministro o por herencia aristocrática.
El Gobierno consideraba necesario introducir este año este proyecto porque estaba contenido en los programas electorales de los principales partidos políticos —conservadores, laboristas y liberaldemócratas— en los comicios generales de 2010.
La Reina y el príncipe Felipe en la Galería Real del Palacio de Westminster (sede del Parlamento).
Además, en el texto desvelado por la reina figura un proyecto que obligará a los bancos a separar sus negocios de banca de inversión y comercial, para proteger los depósitos de los clientes en caso de quiebra por las operaciones más arriesgadas.
De esta manera, será más fácil cerrar instituciones bancarias que estén en dificultades y evitar el rescate del Estado, como ha ocurrido con varios bancos en la crisis de 2008.
Marca su raya con la Eurozona
Además, el Gobierno ha introducido un proyecto para eximir por ley al Reino Unido de futuros fondos de rescate en la eurozona.
David Cameron, el primer ministro, y el líder de los laboristas, Ed Miliband, enfilan hacia la Cámara de los Lores.
Entre las prioridades del Gobierno también está la creación del llamado Banco Verde de Inversión, destinado a apoyar proyectos de inversión que respeten el medio ambiente.
También se ha incluido un texto para penalizar la conducción bajo los efectos de las drogas, otro contra la difamación y una polémica ley para regular la vigilancia de Internet y las redes sociales por parte de las autoridades a fin de combatir el terrorismo.
Otro proyecto es la reforma de la edad de jubilación, que será incrementado de los 65 a los 67 años de edad para 2028.
Entre otras cosas, el Gobierno tiene la intención de crear la nueva Agencia Nacional contra el Crimen, que espera empiece a funcionar el año próximo y cuyo objetivo es atajar el crimen organizado y reforzar la seguridad de las fronteras.
La Reina en el Palacio de Westminster.
WALTER OPPENHEIMER / EL PAÍS.- El tradicional Discurso de la Reina ha estado presidido por la pompa de siempre pero dominado por la crisis económica y las tensiones que empiezan a aflorar en el seno del Partido Conservador. Isabel II ha leído un total de 19 iniciativas legislativas para los próximos doce meses que forman un programa centrado “en el crecimiento económico, justicia y reforma constitucional”. La economía se lleva el peso numérico de las propuestas en un larga lista de iniciativas reformistas pero alejadas de la inyección de fondos públicos para reactivarla que exige la oposición. La polémica reforma de la Cámara de los Lores también ha entrado en la lista, pero con cierta vaguedad.
Con la facilidad que tiene la política británica para centrar la agenda en torno a una polémica, lo mismo da que sea real o imaginaria, la reforma de la Cámara de los Lores se ha convertido en los últimos días en un asunto de vida o muerte. De vida o muerte para la coalición, se entiende, pero también para el primer ministro.
La derecha tory, que se opone a que los lores dejen de ser designados para convertirse en elegidos (en principio, un 80% de la cámara), la han tomado como rehén para descarrilarla y para forzar la mano del primer ministro, David Cameron, al que acusan de ser demasiado complaciente con los liberales demócratas, socios de coalición. Su argumento, lleno de tanto sentido común como oportunismo, es que el país no está para reformas constitucionales porque ahora solo importa la economía.
Cameron les ha respondiendo manteniendo esa reforma entre las propuestas legislativas, pero con la suficiente vaguedad como para dejarla colgada el tiempo que haga falta. Y rellenando el programa anual con una batería de propuestas de contenido económico de corte reformista.
Hay propuestas para legislar sobre casi todo, muchas de ellas ya anunciadas en el pasado. Desde una propuesta de ley para aumentar la competencia, modificar el sistema de disputas laborales o abordar el problema de los salarios de los ejecutivos a la ya conocida reforma del sistema bancario para separar las actividades de banca comercial y banca de negocios. Una ley para clarificar el sistema por el que se proveen de mercancía las grandes superficies, reformar el sistema energético, introducir más competencia en la distribución de agua, o reforma del sistema de pensiones tanto públicas como privadas.
Hay también propuestas de ley para auditar las cuentas de las autoridades locales, facilitar el derecho de adopción, modernizar los sistemas de atención social, facilitar el acceso al registro de votantes, introducir la televisión en ciertos juicios, equilibrar los derechos a la libertad de expresión y a la privacidad, reforzar a los servicios secretos en el tratamiento judicial de información sensible, más poder para que la policía y la inteligencia intervenga las comunicaciones, para aprobar la creación del Mecanismo Europeo de Estabilidad y también una propuesta de ley para que los británicos se pronuncien en referéndum sobre el ingreso de Croacia en la UE.