989 palabras
"La pendejez constituye una condición necesaria para la política mexicana".
Hermenegildo Torres.
En los años setenta un carpintero, "el maistro" Hermengildo Torres, en sus ratos de ocio descubrió la peculiar filosofía social de nuestro pueblo y cambió las caguamas por una suerte de antropología chabacana muy sabrosa.
Poco tiempo después sistematizó sus descubrimientos en la fundación del Partido Único de Pendejos (PUP), un hito en la vida nacional y según su fundador (cosa que le creo), es la organización política con un mayor número de afiliados y simpatizantes potenciales en la historia de nuestro país.
Pues bien, fieles a nuestra tradición innata de militantes "pupenses" o "pupos" si se prefiere, ésta resurgió con fuerza a principios del siglo gracias a los desvaríos de Chente y Martita, sin embargo alcanzó su cresta conceptual gracias al intangible denominado "voto nulo".
Parafraseando al "maistro", no hay nada más sublime que cuando la gente probadamente inteligente hace y dice pendejadas a sabiendas de que lo son, entonces ascienden a la condición, aunque sea momentánea, de "pendejos summa cum laude".
Así les sucedió a mis fraternales amigas y paisanas Ana Rosa Payán Cervera y Dulce María Sauri, entre otras personalidades que incluyen a Patricia Mercado, Sergio Sarmiento, etc. Ellas (mis paisanas) en 2009 se dedicaron a promover el voto nulo más por despecho que por espíritu democrático y lo único que consiguieron fue servir de arietes al duopolio televisivo, y lo peor de todo es que había plena conciencia y no les importó, ni recibieron algo a cambio, cosas de la naturaleza femenina.
Lo verdaderamente sorprendente es que el voto nulo sigue produciendo "pendejos summa cum laude" como algunos amigos míos que aprecio y respeto pero que increíblemente, después de lo sucedido en las últimas elecciones intermedias, continúan aferrados a su propia pendejez.
A favor del voto nulo, únicamente podría decir que sí es un método efectivo para complicarles más el registro a los partidos pequeños. Para conservar el registro se requiere de un mínimo del dos por ciento de la votación total emitida (COFIPE, art. 32, párrafo 3), es decir que si hay una mayor cantidad de votos, en proporción los partidos también necesitan más votos para alcanzar ese 2% de la votación emitida.
Mi opinión muy personal es que en la práctica se frena el desarrollo político del país, proyectos interesantes como el Partido Social Demócrata (PSD) han sido damnificados directos de esta forma de pensar, pero cada quien.
En contraste, los argumentos en contra son irrebatibles:
1. Con el diseño legal que tenemos actualmente no existe la posibilidad de distinguir el voto anulado con motivo de protesta de aquellos que suponen un mero error. O sea, da lo mismo ser analfabeta, despistado o estar encabronado, todos caen en la misma categoría jurídica de pendejos.
2. No todos los partidos son iguales. Existe un evidente descontento hacia los políticos que cruzan transversalmente las fronteras partidistas, pero también hay varios aspectos de crucial importancia social que los distinguen y que suponen posicionamientos diferentes en torno a temas como la despenalización del aborto, el modo de combatir al crimen organizado, la manera de enfrentar la crisis económica, el tipo de reforma fiscal que se plantea, la actitud frente a la desigualdad y la pobreza, la forma de gobernar, etcétera. En otras palabras habrá alguna propuesta concreta con la que podamos identificarnos siempre y cuando nos tomemos el trabajo de buscarla.
3. La Presidencia y los órganos representativos se integrarán sin importar el número de abstenciones o votos nulos, "haiga sido como haiga sido".
4. La asignación de los recursos primero al IFE y después a los partidos se hace en relación a dos conceptos totalmente distintos (Cofipe arts. 12 y 78 frac.II) , el primero a través de la cantidad absoluta de votos depositados en las urnas (votación total emitida), el segundo con el mismo universo pero ya sin votos nulos o anulados (votación nacional emitida), o lo que es lo mismo, anular el voto equivale a darle más dinero y más diputados a partidos como PVEM, PANAL, PT o MC, mayor contradicción o pendejez ¡Imposible!
5. El llamado a no votar o a anular el voto no hace otra cosa más que hacerle el juego, a las posturas encarnadas por los grandes grupos de interés económico y mediático, que desde hace años han venido construyendo un sistemático y ramplón discurso de descrédito de la política, de los políticos y de los partidos como sucedió en 2009.
6.- Si nos ponemos un poca más analíticos llegaremos a la conclusión de que son las estructuras corporativas como los sindicatos, organizaciones de vivienda, asociaciones de ambulantes y demás grupos de presión, esencialmente antidemocráticos quienes más se benefician con el voto nulo al mantener un peso específico mayor dentro del espectro político dada su capacidad de movilización, la conclusión lógica: Anular el voto es lo mismo que votar por René Bejarano o por Alejandra Barrios.
En fin, conmino a todos los que piensan que el voto nulo es legítimo a ejercer su sagrado derecho de apendejarse justo después de que hayan cerrado las casillas el domingo 1 de julio, a partir de ahí retomen las sabias enseñanzas del "maistro" Torres y no dejen todo lo pendejo para los demás, ¡Agarremos todos la parte que nos corresponde!