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WASHINGTON D.C., 8 de mayo.- La Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos logró desbaratar un presunto ataque de bomba que iba a ser perpetrado en un avión de pasajeros estadounidense el día del primer aniversario de la muerte de Osama bin Laden, informaron ayer medios estadounidenses.
Un artefacto explosivo que sería colocado en un avión con rumbo a EE. UU. por el brazo de Al-Qaeda en Yemen está en poder de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) estadunidense y es objeto de pruebas forenses y técnicas.
“La investigación inicial indica que el aparato es muy similar a los IED (artefactos explosivos improvisados) que han sido usados con anterioridad por Al-Qaeda en la península arábiga en otros intentos de ataques terroristas”, señaló la agencia.
En diciembre de 2009, Al-Qaeda buscó sin éxito detonar un avión comercial en ruta a Detroit, usando sustancias explosivas.
El Consejo Nacional de Seguridad (NSC) señaló que el presidente Barack Obama fue informado del complot en abril por su asesor antiterrorista John Brennan, y ha recibido informes de su equipo de seguridad nacional.
“Aunque el presidente fue informado que el aparato no representó una amenaza al público, instruyó al Departamento de Seguridad Nacional (DHS), a la policía y agencias de inteligencia para tomar los pasos necesarios contra este tipo de ataque”, señaló el NSC.
John Brennan, asesor anti-terrorismo de Obama.
El incidente “subraya la necesidad de mantenerse vigilantes contra el terrorismo aquí y en el exterior”, indicó el Consejo Nacional de Seguridad de la Casa Blanca, al tiempo que el DHS indicó por separado no tener información de que exista en este momento un plan activo contra EU, pero afirmó que mantiene un monitoreo estrecho de Al-Qaeda y sus filiales.
Funcionarios de EE. UU. que no fueron identificados dijeron a Associated Press que el artefacto muestra un nuevo nivel de sofisticación de Al-Qaeda para intentar estallar un avión comercial con un artefacto transportado en la ropa interior de un pasajero.
Las fuentes señalaron que el presunto pasajero suicida aún no escogía su blanco ni compraba su boleto de avión cuando fue detenido por la CIA. Los funcionarios precisaron que el dispositivo confiscado no contenía metal, por lo que pudo haber pasado por los detectores de metales en aeropuertos, pero no quedó claro si habría sido descubierto por los nuevos aparatos de inspección corporal.
Se desconoce qué sucedió con el supuesto atacante y quién hizo la bomba, pero sospechan que fue obra del especialista Ibrahim Hasan al-Asiri.