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ECATEPEC, Estado de México, 7 de mayo.- El obispo Onésimo Cepeda afirmó que la aceptación de su renuncia, en un tiempo tan breve (44 días), obedece a que él mismo se lo solicitó por cuestiones de salud al Papa Benedicto XVI.
En conferencia en las oficinas de la Catedral de Ecatepec, aseveró que actualmente no se siente mal, pero "ya tuve problemas con el corazón y tengo diabetes, y aunque quise retrasar el tiempo, no pude y cumplí 75 años, entonces entregué en persona a Su Santidad mi renuncia y le pedí obviara el tiempo por salud”.
De buen humor, Cepeda Silva comentó: “Siempre dije que a periodicazos se mataba a las moscas y gracias a Dios sigo vivo, así que a periodicazos no me mataron”, además, añadió, “yo siempre he defendido a aquellos que atacan a la prensa sin razón”.
Precisó que se retira contento y tranquilo, porque hizo mucho por la Diócesis de Ecatepec y seguirá como Obispo emérito predicando a Cristo, al tiempo que comenzará a escribir.
Explicó que tiene mucho que escribir y compartir de tres etapas de su vida, la infancia y la juventud, su etapa pastoral desde que inicio su preparación y su etapa como obispo.
Puntualizó que su sucesor en la Diócesis de Ectapepec tiene una labor importante, y "deberá ser una persona a la que le gusten los baños de pueblo, que sepa guiar, que sea alegre, que siempre diga la verdad”.
Aclaró que no seguirá viviendo en Ecatepec, porque su momento en este municipio ya concluyó, y aunque no precisó dónde tendrá su residencia, ni aclaró de qué vivirá, económicamente hablando, dijo que "tengo un sueldo, y como retiro será una pensión de 15 mil pesos y nunca he vivido ni viviré de la Iglesia”.
Anunció que el próximo domingo realizará una misa y una fiesta para despedirse del pueblo que siempre lo acompañó en sus servicios religiosos.
Reiteró que en política seguirá al día, "porque todos tenemos un poco de politicón”, y en referencia al debate de ayer, bromeando dijo, "hasta yo les hubiera ganado, aunque el que ganó fue Quadri, porque Peña ni subió ni bajó y Quadri sí subió”.
El polémico prelado, quien fue el primer obispo de Ecatepec —designado por el papa Juan Pablo II en 1995—, y a quien en su momento se le criticó por su peculiar forma de expresarse, así como por su gusto por la equitación, el golf, y “la buena comida”, se despidió de los representantes de los medios de comunicación.
Dijo sentirse contento “por llegar al final de mis días como obispo de Ecatepec”, en donde hizo su mejor esfuerzo y Ecatepec, que surgió de la nada, se convirtió en una diócesis importante, en donde construyó una nueva catedral y varios templos, “lo que se logró se logró, y lo hice con todo cariño”.
Con ustedes, dijo a los reporteros, que fueron amables y gentiles, no tengo otra cosa que darles las gracias por haber proclamado la verdad; sin embargo -añadió-, hubo quienes “calumniaron, mintieron, (pero) a todos ellos los perdono porque después de todo su trabajo era un poco hacer escándalo y nota, y cada quien su conciencia”.