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Martes 8 de mayo.- Un cocodrilo, tan grande que podía tragarse seres humanos con sólo abrir la boca, habitó hace entre dos y cuatro millones de años en África del Este, compartiendo su entorno con los primeros ancestros de nuestra especie. Llegaba a medir unos nueve metros, bastante más que el más grande que se conocía, lo que le convierte, de momento, en el arcosaurio de mayor tamaño que ha habitado la Tierra.
El hallazgo de los restos de este espectacular ejemplar ha sido publicado por el paleontólogo Christopher Brochu, profesor asociado en la Universidad de Iowa (Estados Unidos), en la revista 'Journal of Vertebrate Paleontology' . "Pudo haber excedido los 8.3 metros de longitud, cuando el cocodrilo del Nilo más grande conocido medía 6. 4 metros y la mayoría son mucho más pequeños", señala Brochu.
Fósil del cráneo del 'Crocodylus thorbjarnarsoni'. (Foto C. Brochu)
Los fósiles de ese ejemplar se encontraron en un yacimiento en Kenia, no lejos de donde habitan ahora los temibles cocodrilos del Nilo. Fueron hallados hace tiempo, pero fue hace tres años, durante una visita al Museo Nacional de este país africano, cuando el investigador los 'reencontró', descubriendo que era una nueva especie, que no está emparentada con los actuales y es mucho más grande.
Brochu recuerda que estos restos no están lejos de enclaves donde se han encontrado fósiles de homínidos, antepasados de los humanos, por lo que cree que probablemente estos últimos formaban parte de su alimentación. "No hemos encontrado evidencias de esos encuentros, no hay huesos de 'Homo' con mordiscos de estos cocodrilos, pero estos saurios comen todo lo que pueden tragar, y los ancestros humanos de aquel momento no medían ni metro y medio", recuerda Brochu.
Aún hoy, los cocodrilos son animales peligrosos. En muchos países africanos son comunes esos encuentros, que en ocasiones acaban en graves accidentes en los cauces de ríos y lagos. Hace dos millones de años, también los homínidos se acercaban a beber a sus orillas, o en busca de otros animales para comer. Para Brochu, incluso "puedieron influirles en su forma de entender el mundo".
A este gigante del Pleistoceno le bautizó como 'Crocodylus thorbjarnarsoni', en recuerdo de un compañero, John Thorbjarnarson, experto en cocodrilos, que murió de malaria en África hace unos años, mientras investigaba sobre estos animales.
El paleontólogo americano asegura que en la colección de fósiles que se conservan en Nairobi puede haber muchas sorpresas como ésta. La cabeza de cocodrilo que a él le llamó la atención era gigantesca. Necesitó cuatro hombres para levantarla. Y, sin embargo, nadie se había dado cuenta de que se trataba de una especie desconocida hasta ahora. "Se necesita un ojo agudo para darse cuenta de que es algo nuevo", reconoce.
Comparativa del tamaño del cocodrilo primitivo, del moderno, de los ancestros humanos y nuestra especie. (Imagen de Chris Brochu)
Y Brochu lo tiene porque no es su primer descubrimiento en África del Este. Hace ahora dos años, también encontró otro cocodrilo devorador de humanos, en este caso un ejemplar con cuernos, al que bautizó como 'Crocodylus anthropophagus'. Había vivido en Tanzania.
Brochu no cree que su nuevo que 'C. thorbjarnarsoni' sea un pariente cercano de los actuales cocodrilos africanos, a los que considera una especie bastante joven, en lugar de ser el fósil viviente que algunos defienden. "Realmente no conocemos su origen, pero sabemos que aparecieron después de que estos gigantes desaparecieran; lo que estos fósiles dicen es que los cocodrilos actuales son mucho más recientes de lo que se pensaba", concluye.
Según el investigador, "los detalles anatómicos demuestran que la nueva especie no estaba estrechamente vinculada a ningún cocodrilo africano, por lo que serán más recientes". (Rosa M. Tristán / El Mundo / planetsave.com)