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Es imposible dialogar con la ignorancia. El diálogo con la falta de visión, no puede darse. El análisis no es factible entre personas que usan los argumentos más huecos y falaces para sustentar sus convicciones. Se presenta como una empresa inalcanzable el razonamiento del voto, cuando el elector actúa por capricho, corazonada, rumor o información tergiversada por medios irresponsables y deshonestos.
El México de 2012 es un México mucho mejor que el de 1992, ni qué decir del de 1982. El proceso de solidificación de la economía, que comenzó en los 90 de Zedillo, llegó a un nivel incipiente en 2000; pero hoy, solamente gracias a la disciplina de gobierno de Fox y Calderón, se puede decir que México ¡tiene una economía de Otro Planeta!
Así lo declaró José Ángel Gurría, quien fuera importante ministro del régimen de Ernesto Zedillo: ¡Economía de Otro Planeta! Y el tipo tiene toda la razón: somos una increíble excepción en la regla de hoy, que parece ser desestabilizar economías.
Pero las encuestas siguen mostrando el DISPARATE MEXICANO: en forma irracional, contra toda la lógica, un individuo cuya máxima virtud es una carita adornada por un copete elegante, ¡es la máxima aspiración electoral del genio (?) mexicano!
¡Háganme el ch…$&ç%$…do favor!
Les pregunto a los mexicanos por qué insisten en no usar el cerebro para analizar la realidad de su país. Les digo: “dense cuenta que su irresponsabilidad electoral nos puede llevar a la ruina”. Ya nos sucedió antes. ¿Cómo carajos se lo hacemos entender a ese electorado que insiste en ignorar ingenuamente lo que realmente nos conviene como nación?
Si tú eres uno de los que ya entendieron, ¡no te quedes solo con tu “secreto”! Grítaselo a tu vecino y has que el vecino que logre entender, también se lo grite al otro vecino. Salte a la calle, anda de casa en casa y habla con la gente. Insiste si no te quieren escuchar. Ruégales, de rodillas si es preciso, que ¡entiendan!
Dicen que “nada a la fuerza”, “todo con dulzura”. Pero estamos a escasos 41 días del día fatal. Porque será un día fatal —no lo dude nadie— si la elección no va en la dirección que realmente le conviene a México. Déjense de especulaciones y tonterías: analicen cifras duras y compárenlas con las de otras naciones que no han tenido la férrea disciplina de estos gobiernos “humanistas” de los últimos 11 años.