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Una estrella
Ahora resulta que hasta los juegos de mesa pueden inspirar a las productoras de cine. Batlleship: batalla naval es una cinta que pretende catapultar las ventas de un tablero infantil creado por la juguetera Hasbro —la misma que fabrica los robots Transformes y los soldados G.I Joe.
Lejos de proponer un argumento creativo, Universal y Hasbro nos ofrecen una historia anodina, plagada de estereotipos, lugares comunes y sin ningún asomo de inteligencia. Un producto mediocre que lucha con torpeza y desespero por complacer a la audiencia y acaparar la taquilla.
De nuevo la invasión alienígena es puesta como tema para promover y enaltecer el poderío armamentístico de los Estados Unidos. La fórmula cansina, que ha dado pie a una interminable lista de títulos vergonzosos —comenzando con El día de la independencia— es aplicada con todas y cada una de sus reglas.
Los extraterrestres pretenden apoderarse de los océanos para usarlos como fuente de poder y comienzan a atacar la tierra. Los estadounidenses responden a las agresiones y se desata una guerra.
El protagonista es un joven atolondrado que al transcurrir la trama se convierte en héroe, ganando el respeto de su padre y la admiración de sus compañeros. No puede faltar una chica curvilínea recién salida de una revista Playboy, tampoco las explosiones, los efectos especiales y la parafernalia propia de estas gringadas.
Battleship es una abierta propaganda a favor de la marina. El mensaje es claro: enlístate y pasarás de looser a héroe. Es también el reflejo de la ideología bélica y paranoica de una nación, que vive atemorizada por los atentados y preocupada de la posible venganza de naciones sojuzgadas.
Formalmente hay problemas de edición que hacen que la cinta dure más de lo debido.
Y, como siempre, no hay mesura en el uso de los efectos digitales. Su director, Peter Berg (Hancock), sigue la línea barroca y estrambótica de Michael Bay.
El elenco es numeroso y uno puede encontrar de todo: desde malos actores como Taylor Kitsch (John Carter); buenos intérpretes como Liam Neeson, Alexander Skarsgård y Tadanobu Asano; supermodelos que no saben actuar como Brooklyn Decker; y hasta cantantes como Rihanna. Más descabellado, imposible.
Battleship es un blockbuster fallido. Tanto que algunas personas ya la llaman burlonamente: Battleshit. ¿Qué sigue, una película basada en Monopoly u Operando?
Lo mejor: dejar el raciocinio en casa si decide ir a verla.
Lo peor: ver a Liam Neeson, Alexander Skarsgård y Tadanobu Asano participando en este churro.