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MADRID, sábado 19 de mayo.- Los vaqueros han vuelto a sacar algo más que los colores a las principales firmas de moda. Un nuevo informe de Setem pone de relieve que en cualquiera de las tiendas de España de Zara, H&M, Levi’s, Diesel o Lee se siguen vendiendo vaqueros desgastados con la técnica del sandblasting. Este método se utiliza en sus fábricas de Bangladesh y pone en grave peligro la vida de los trabajadores expuestos a este envejecimiento artificial y les lleva a contraer graves enfermedades pulmonares como la silicosis.
Trabajador en el proceso de sandblasting, que hace que la mezclilla luzca desgastada.
La Campaña Ropa Limpia, coordinada a nivel estatal por Setem, ha presentado el nuevo informe que demuestra que estas compañías no han cumplido su compromiso de hace un año de prohibir la fabricación de prendas con envejecimiento artificial proyectando chorros de arena a alta presión sobre la tela vaquera en sus fábricas de Bangladesh.
La investigación de terreno revela que, pese a que muchas marcas internacionales como las anteriormente mencionadas han prohibido la técnica del sandblasting en sus cadenas de producción lo cierto es que no parece que hayan adoptado las medidas preventivas y de seguridad necesarias para que la prohibición sea efectiva porque la técnica se sigue utilizando.
Los trabajadores entrevistadas declararon que pueden llegar a realizar turnos de hasta 12 horas al día en salas llenas de polvo, con poca ventilación y sin protección adecuada de seguridad. Muchas de las personas entrevistadas sufrían constantes ataques de tos y dificultades respiratorias. También afirmaron que a menudo la producción se lleva a cabo por la noche para evitar las visitas de los auditores.
El informe recoge testimonios de personas trabajadoras que han recibido instrucciones de utilizar sandblasting para cumplir con los plazos exigidos por las empresas clientes, aunque estas lo hayan prohibido expresamente. El dueño de una de las fábricas declara que le es imposible cumplir con los diseños demandados sin recurrir al uso de sandblasting.
En la mayoría de las fábricas investigadas ha quedado patente que la repercusión de la prohibición ha sido irregular, la supervisión escasa y las medidas adoptadas hasta ahora han sido burladas ampliamente. (ABC)