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BAGDAD, 4 de junio.— Un atentado suicida con un automóvil repleto de bombas, ejecutado este lunes ante de la sede de una fundación religiosa chiita en el centro de Bagdad, dejó un saldo de por lo menos 23 personas muertas, dijeron fuentes médicas.
El atentado ocurre en medio de disputas entre fundaciones representantes de las comunidades chiita y sunita de Irak por el control del importante mausoleo musulmán de Al-Askari en Samarra (110 kilómetros al norte de Bagdad).
Las primeras fotos de los chiitas heridos llegando a los hospitales son de Reuters.
Este lunes el automóvil cargado de bombas estalló ante una fundación chiita en Baab Al Muadham, en el centro de Bagdad, dejando por lo menos 23 personas muertas, de acuerdo con dos médicos.
Sami Al Massudi, vicedirector de la fundación atacada, dijo que la sede quedó completamente destruida por la explosión.
"No acusamos a nadie, pero llamamos al pueblo de Irak y especialmente a los hijos de nuestra religión, a que enterremos el hacha, porque hay un plan para iniciar una guerra civil, una guerra entre sectas en Irak", dijo Massudi.
El mismo responsable dijo que la fundación ya había recibido amenazas en los últimos días a raíz de la disputa por el mausoleo chiita de Al Ashkari, situado en una ciudad de clara mayoría sunita.
Ese célebre mausoleo con la cúpula dorada fue el blanco de un brutal ataque suicida en febrero de 2006 que inició la secuencia de sangrientos enfrentamientos confesionales en el país.
Massudi y sus auxiliares habían producido documentos recientemente que defendían la administración del mausoleo a los chiitas, iniciando una enorme polémica con los sunitas.
"El caso del mausoleo de Al Askari es un asunto legal y constitucional y es nuestro derecho, porque es un mausoleo chiita", dijo Massudi.
Periodistas de AFP reportaron que este lunes fuerzas de seguridad acordonaron toda la zona donde ocurrió el estallido y pasó a impedir el acceso de curiosos al lugar.
Varios vehículos y edificios próximos se veían dañados por la explosión, al tiempo que varios helicópteros sobrevolaban la zona.
El ataque tuvo lugar menos de una semana después de una serie de estallidos en Bagdad que dejaron 17 muertos, el 31 de mayo.
Este recrudecimiento de los ataques con bombas coincide con una agudización de las tensiones políticas, en momentos en que diversos partidos políticos han pedido que el Primer Ministro, Nuri al Maliki, sea retirado del cargo.
La violencia en Irak tuvo un repunte en 2006 y 2007 aunque más recientemente los ataques amainaron. Apenas en mayo de este año, 132 iraquíes murieron en estos actos de violencia, informaron fuentes oficiales.