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Martes 5 de junio.- Resulta escalofriante, pero es real. Un equipo de astrónomos ha encontrado pruebas contundentes de que un agujero negro masivo está siendo expulsado de su galaxia anfitriona, situada a unos 4 millones de años luz de la Tierra, a una velocidad de millones de kilómetros por hora. Según nuevas observaciones del telescopio espacial Chandra de rayos X de la NASA, el agujero negro errante chocó violentamente con otro agujero y se fusionó, pero el gigante recién formado recibió una fuerte patada de retroceso de las ondas de radiación gravitacionales y salió disparado. La investigación, que aparecerá publicada en breve en The Astrophysical Journal, puede ser la primera prueba de que estos pozos cósmicos, aunque parezca increíble, pueden vagar perdidos por el espacio.
La galaxia en el centro de la imagen contiene el sistema donde se encuentra el agujero negro expulsado.(NASA)
«Es difícil de creer que un agujero negro supermasivo que pesa millones de veces la masa del Sol pueda moverse en absoluto, y mucho menos ser expulsado de una galaxia a una velocidad enorme», reconoce Francesca Civano, del Centro Harvard-Smithsoniano de Astrofísica (CfA ), responsable del estudio. «Pero estos nuevos datos apoyan la idea de que las ondas gravitatorias —ondulaciones en el tejido del espacio predichas por Albert Einstein, pero nunca detectadas directamente— pueden ejercer una fuerza muy poderosa»
El fenómeno tiene importantes implicaciones para la astronomía. Aunque la expulsión de un agujero negro supermasivo en una galaxia porque la emisión de las ondas gravitacionales sea poco frecuente, puede significar que hay muchos agujeros negros gigantes que se mueven a través de los vastos espacios intergalácticos y que no han sido detectados. «Estos agujeros negros serían invisibles para nosotros —dice Laura Blecha, también del CfA— porque han consumido todo el gas que los rodea después de haber sido expulsado de su galaxia».
El equipo estudiaba un sistema conocido como CID-42, situado en el centro de una galaxia a unos 4 millones de años luz de distancia. Allí, el fantástico telescopio Hubble de la NASA había localizado dos fuentes distintas de luz óptica. Otras observaciones realizadas con telescopios terrestres, como el Magallanes y el Very Large Telescope en Chile comprobaron que los dos objetos se estaban separando a una velocidad de 3 millones de millas por hora.
Los astrónomos sabían que allí ocurría algo especial, pero no estaban seguros de si se trataba de uno o de dos agujeros negros. Cuando la cámara de alta resolución del Chandra apuntó directamente a CID-42, el equipo descubrió qué había ocurrido. Los científicos creen que se produjo el choque de dos galaxias. Cuando esto sucedió, también colisionaron los dos agujeros negros supermasivos situados en su centro. Los dos pozos cósmicos se fusionaron para formar un único agujero, que retrocedió ante las ondas gravitacionacionales producidas por la colisión. El agujero negro recién fusionado recibió una patada lo suficientemente grande como para salir disparado de la galaxia.
Hay otras dos explicaciones posibles para lo que está sucediendo en CID-42. Una supondría un encuentro entre tres agujeros negros supermasivos, de forma que haya sido expulsado el más ligero. Otra idea es que el sistema tenga dos agujeros negros supermasivos que se mueven en espiral el uno hacia el otro, en lugar de separarse, pero los científicos han descartado estas dos posibilidades. (ABC)