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Miércoles 6 de junio.- Venus se interpuso hoy entre el Sol y la Tierra dejando ver su silueta deslizarse lentamente sobre la superficie del astro rey, un fenómeno que ayudará a los científicos a recopilar datos sobre los tránsito de los planetas y que no se repetirá hasta 2117.
Tal y como estaba previsto, Venus apareció tímidamente como un pequeño lunar recorriendo el disco dorado solar ante los cientos de miradas de científicos y aficionados que le esperaban para seguir su trayecto que durará unas siete horas.
Venus pasando frente al Sol, visto desde la Estación Espacial Internacional. (NASA).
El fenómeno, retransmitido por la NASA en directo, será visto en casi todo el planeta excepto en África y gran parte de América del Sur. La mejor vista la tendrán los países de Asia del Este y del Pacífico Occidental, que podrán ver el recorrido completo.
América del Norte, Centroamérica y el norte de América del Sur (Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela) pudieron ver el inicio en torno a las 22.03 GMT, antes del atardecer, mientras que la mayor parte de los países de Europa, Oriente Medio y Asia del Sur verán la última etapa al amanecer del miércoles 6 de junio.
Este fenómeno, que se denomina tránsito planetario, tiene lugar cuando el Sol, Venus y la Tierra se alinean en ese orden, de forma que el planeta bloquea parte de la luz que emite la estrella, sin llegar a ser un eclipse ya que la porción que cubre es muy pequeña.
El Sol, Venus y la Tierra se alinean en raras ocasiones debido a que las órbitas alrededor del Sol de estos planetas están ligeramente inclinadas la una respecto a la otra y llegan a "desincronizarse", según explicó Adriana Ocampo de la división de Ciencias Planetarias de la NASA.
Eso es lo que hace que sea un fenómeno poco frecuente que se ve dos veces seguidas cada siglo con una diferencia de ocho años entre uno y otro y no vuelve a repetirse hasta 105 años después. El último tránsito se produjo en junio de 2004 y el siguiente será en 2117.
Los tránsitos de Venus, considerados una "rareza astronómica", (desde que se inventó el telescopio se han registrado tránsitos en 1631, 1639; 1761, 1769; 1874, 1882 y 2004) han ayudado a los científicos en los últimos siglos a despejar algunas incógnitas sobre la distancia de la Tierra al Sol y por tanto el tamaño del sistema solar, algo que cambió el concepto de la ciencia.
Los expertos aseguran que esta oportunidad será única para profundizar en datos como la temperatura y la presión de la densa atmósfera de Venus.
Además, la sombra que proyecte servirá para estudiar y comparar las que emiten los planetas fuera de nuestro sistema solar, conocidos como exoplanetas, que también se localizan con la técnica de tránsito.
Venus tiene un tamaño similar a la Tierra y un mismo origen rocoso, sin embargo su evolución fue muy diferente y entre los misterios que oculta está saber por qué rota en sentido contrario al de los otros planetas.
Los telescopios de la NASA estarán apuntando a Venus, incluido el telescopio espacial Hubble, que usará la Luna como un espejo para evitar daños en su electrónica y verá la sombra de Venus reflejada en el satélite.
También darán seguimiento al fenómeno las misiones de la Agencia Espacial Europea (ESA) Proba-2 y Venus Express, la única nave en órbita en Venus en el momento del tránsito, que utilizará la luz del Sol para estudiar la atmósfera del planeta.
La Red Global de Telescopios Robóticos, Gloria, un proyecto de ciencia ciudadana liderado por la Universidad Politécnica de Madrid (España) realizará una retransmisión on line gratuita con conexiones a telescopios solares, cámaras digitales y vídeos desde Noruega, Japón y Australia, con comentarios en español e inglés.
Durante toda la noche expertos de la NASA y otras instituciones científicas seguirán el movimiento de Venus, cuyo nombre se debe a la diosa romana del amor y que a lo largo de la historia ha cautivado a científicos como Galileo Galilei, que fue el primero en verlo a través del telescopio en 1610, y el capitán James Cook, miembro de la expedición organizada en 1769 para ver su tránsito.
En lo que podría ser la versión moderna de la suma de ambas cosas, un científico aventurero también fascinado por el fenómeno de Venus, el astronauta estadounidense Don Pettit se convertirá en el primer humano en ver el fenómeno desde fuera de la Tierra y tomará fotografías desde la bóveda de la Estación Espacial Internacional (EEI) que compartirá a través de la web de la NASA mientras Venus avanza, figuradamente, hacia Europa. (EFE)