825 palabras
Un estudio publicado por C-FAM pone de manifiesto una especie de conspiración de los investigadores médicos para encubrir el vínculo entre el aborto y los riesgosos nacimientos prematuros en embarazos posteriores. Las investigaciones muestran esta relación en abundancia, pero se le oculta en notas al pie y jamás se la coloca directamente en los estudios.
El trabajo de investigación recientemente publicado denuncia que las revistas médicas y los investigadores están encubriendo información que pone de manifiesto un vínculo entre el aborto y los riesgosos partos prematuros en embarazos posteriores.
El Dr. Byron Calhoun, M.D., efectúa estas denuncias en Abortion and Preterm Birth: Why Medical Journals Aren't Giving Us The Real Picture (Aborto y parto prematuro: por qué las revistas médicas no nos están ofreciendo el panorama real), publicado por C-FAM, editor de Friday Fax.
Calhoun, profesor y vicedirector del Departamento de Obstetricia y Ginecología de la West Virginia University (Charleston) y pionero en ofrecer atención terminal perinatal a bebés por nacer y a sus padres, cita 127 artículos con revisión por pares que abarcan cinco décadas y todos ellos demuestran un incremento en el riesgo de nacimiento prematuro tras un aborto. Aún así, tales estudios tienden a ocultar este hallazgo y a no dar parte de él ni en el resumen ni en la conclusión. Esta estrategia no sólo hace más difícil a los lectores ver el vínculo entre el aborto y el parto prematuro, sino que también podría ser signo de una preferencia ideológica por hacer caso omiso de los efectos negativos asociados con el aborto.
Un ejemplo claro que cita el Dr. Calhoun es un importante estudio chino publicado en los Archives of Gynecology and Obstetrics (Archivos de Ginecología y Obstetricia), que descubre que el antecedente de la combinación del aborto farmacológico con el quirúrgico se asocia con un incremento de más del 200% en el riesgo de parto prematuro. También identifica un aumento del 360% en el riesgo para las mujeres que se sometieron a un aborto farmacológico con legrado (1 de cada 5 mujeres en el informe). A pesar de estos hallazgos, el resumen del artículo anuncia con bombo y platillo que la conclusión más importante es que el antecedente de abortos múltiples inducidos con mifepristona durante el primer trimestre no se asocia con un mayor riesgo de parto prematuro entre los nacimientos simples del primer embarazo posterior. Se encubren los resultados más importantes del estudio, lo cual exige del lector un análisis del informe para encontrarlos.
A pesar de las abrumadoras pruebas de la existencia de la conexión entre el nacimiento prematuro y el aborto, escribe Calhoun, las principales organizaciones médicas para la atención de la salud de la mujer, entre ellas el American College of Obstetricians and Gynecologists (ACOG) en su Compendio para 2011 online, se niegan a reconocer el incremento en el riesgo asociado del parto prematuro o el considerable conjunto de escritos que plantean este problema. La indiferencia de la ACOG respecto de la relación entre el aborto y el nacimiento prematuro coincide con su larga tradición de defensa del aborto.
Según el Informe de acción global sobre nacimientos prematuros de la Organización Mundial de la Salud, alrededor de 15 millones de bebés nacen prematuramente cada año. Eso equivale a 1 de cada 10 niños nacidos en el mundo. Más de 1 millón de bebés muere anualmente como consecuencia de complicaciones relacionadas con el nacimiento precoz y muchos más padecen problemas de salud y discapacidades de por vida. El costo de esta clase de nacimiento, tanto económico como en términos de sufrimiento humano, es alto y está ascendiendo a medida que los índices de partos prematuros se incrementan en prácticamente todos los países con información fiable.
A pesar de la gravedad de la situación, el informe de la OMS llega a la conclusión de que las causas y los mecanismos del nacimiento prematuro aún permanecen en gran medida indeterminados. Una de las razones es que las revistas médicas tienden a deformar la verdad sobre los factores asociados con el nacimiento prematuro y ocultan los hallazgos que ponen de manifiesto conexiones con el aborto.
Calhoun señala que las verdaderas víctimas de esta clase de información errónea no son los investigadores, sino las mujeres que no reciben asesoramiento adecuado sobre el vínculo entre el nacimiento prematuro y los abortos previos. GBF