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WASHINGTON D.C., 6 de junio.- No es un augurio, pero sí un aviso para Barack Obama de que no lo tiene fácil. Necesita Wisconsin para ser reelegido en noviembre, pero Wisconsin votó republicano en las elecciones celebradas este martes, en las que el gobernador Scott Walker se impuso a su rival demócrata y evitó ser revocado. Walker, que llegó al cargo hace año y medio con apoyo del Tea Party y se ha enfrentado duramente a los sindicatos, obtuvo el 58% de los votos, frente al 41% de Tom Barrett, alcalde de Milkwaukee.
Esa derrota demócrata a escasos meses de las presidenciales indica que el peso de Obama en Wisconsin probablemente se ha reducido respecto a 2008, cuando ganó con una diferencia de catroce puntos, y hace más reñido su pulso con el republicano Mitt Romney.
El gobernador republicano Scott Walker, firme en su puesto. Rebecca Kleefisch es la vicegobernadora. (Reuters)
Votantes en el referéndum. Walker es considerado un "héroe" entre los conservadores por sus medidas de austeridad y por privar a la mayoría de los sindicatos de empleados públicos de sus derechos colectivos.(Darren Hauck/Reuters)
En previsión de la derrota de Barrett, el equipo de Obama ya advirtió con antelación que el resultado no podría extrapolarse a las presidenciales, insistiendo en que los ciudadanos de Wisconsin votaban sobre asuntos de su estado y en que el gobernador Walker había realizado un abrumador mayor gasto en anuncios electorales.
«Una carrera donde una parte ha gastado ocho veces más que la otra probablemente no nos dirá mucho sobre la futura carrera», indicó el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, antes de conocerse los resultados. Carney aseguró que Obama estaba al tanto de la votación, pero que no la seguía «minuto a minuto», como para indicar que su suerte no estaba vinculada con la de Barrett, a quien no ha acompañado durante la campaña.
El virtual candidato presidencial republicano, Mitt Romney, se apuntó la noche del martes una racha de cinco victorias en California, Nueva Jersey, Nuevo México, Montana y Dakota del Sur, en la penúltima fase de primarias republicanas antes de la convención de su partido en agosto próximo.
Por su parte, Romney tuvo una gran jornada electoral, con un apoyo de entre el 67% y el 81% en las primarias celebradas en Nueva Jersey, Dakota del Sur, Nuevo México, Montana y California. Una prueba de que la votación en Wisconsin tenía una dimensión nacional fue la fuerte aportación de donaciones desde otras partes del país, sobre todo para Walker, que atrajo el apoyo de los grandes donantes de las causas conservadores del Partido Republicano, entre ellos Sheldon Adelson, de Las Vegas. El candidato republicano contó con más de 30 millones de dólares (el 66% procedentes de fuera del estado), frente a los 4 millones de que dispuso Barrett (el 26% le llegó de fuera de Wisconsin).
No está claro que ese desequilibrio tuviera una gran influencia en el resultado. Según un sondeo a pie de urna, en realidad el 88% de los electores ya tenían decidido su voto antes de mayo, antes de que comenzara el despliegue de anuncios electorales.
Walker fue elegido en 2010 gracias al auge en todo el país del Tea Party, que también llevó a que los respublicanos se hicieran con el control de las dos cámaras legislativas de Wisconsin. Con esa mayoría, Walker promovió duros recortes presupuestarios. Así, entre otras partidas, aplicó las tijeras a ciertos beneficios de que gozaban los funcionarios: les obligó a pagar el 12.6% de su seguro médico y destinar el 5.8% de su sueldo a fondo de pensiones. Se trataba de privilegios logrados por los sindictaos en la negociación colectiva.
Además del argumento del déficit fiscal, Walker invocó una cruzada contra el poder sindical, acusando a los sindicatos públicos de lograr prebendas porque secuestran las negociaciones laborales. Eso llevó a grandes protestas de los funcionarios, a la intervención de los tribunales y finalmente al plebiscito sobre el propio gobernador. (ABC)