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La muerte súbita se da en todo aquel bebito que fallece sin ninguna causa aparente, es decir, que la historia y los datos clínicos del paciente, incluso hasta la autopsia, no revela una causa que justifique el deceso. Prácticamente, es resultado de un diagnóstico de exclusión, dio a conocer el Dr. Rafael Sauri Pat, pediatra del Hospital Regional "Ignacio García Téllez" del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Agregó que hasta el momento no existe una causa, científicamente demostrada, que explique la muerte esos pacientitos. A través de los años, sólo se ha llegado a diversas hipótesis, pero ninguna que señale alguna causa como la específica.
—Una de las teorías más aceptadas es que el centro regulador, que nos hace respirar, los movimientos involuntarios, del corazón, etc, que se encuentra en la base del cerebro, falla por alguna razón desconocida, hace que el niño deje de respirar y caiga en paro respiratorio que lo lleva a la muerte. Esa es, entre comillas, la hipótesis.
Precisó que la muerte súbita de los bebés ocurre principalmente en el primer año de vida; muy pocos casos se presentan después del año. El 80% o 90% de ellos, depende de la literatura médica consultada, ocurre en menores de seis meses.
Explicó que se han detectado factores de riesgo que pueden de alguna manera predisponer a esta enfermedad, como son el haber nacido de forma prematura y el haber nacido con bajo peso.
—Además, está demostrado que los bebés de aquellas mamás que fuman durante la lactancia y que lo hicieron durante el embarazo, tienen más factor de riesgo para presentar ese tipo de circunstancias.
Mencionó que otro factor es la posición al dormir, por lo que casi siempre los pacientitos que duermen hacia abajo tienen mucho más riesgo de morir que los que duermen en posición boca arriba.
La posición al dormir recomendada por los médicos para evitar la muerte súbita en bebés es acostarlos boca arriba.
Señaló que el uso de algunas camas o cunas que son muy blandas o incluso de almohadas muy suaves que se pueden doblar, pueden impedir el proceso respiratorio del bebito y facilitar la asfixia.
Indicó que luego de muchos estudios se llego al concenso que la mejor manera de acostar al bebé es boca arriba porque de esa forma disminuye en un 50% a un 60% el riesgo de que el niño tenga muerte súbita.
Añadió que también está demostrado científicamente que si el papá y la mamá fuman, la incidencia de muerte súbita aumenta mucho más.
A una pregunta, dijo que el enrollar a los niños como "taquitos", una costumbre de algunos pueblos, entre ellos el nuestro, no aumenta el riesgo de que el niño tenga muerte súbita.
—Vuelvo a insistir, si envolvemos en "taquito" al bebé y lo ponemos boca arriba, no pasa nada; pero si lo ponemos de ladito o boca abajo, el riesgo aumenta definitivamente.
Comentó que el que los bebés duerman en hamaca o en cama no hace diferencia para aumentar la incidencia.
Sobre otra de las costumbres, sobre todo en los pueblos, de que las madres duerman con sus bebés, dio a conocer que hay una controversia porque algunos autores dicen que al moverse, la mama aumenta el riesgo de obstruir el proceso respiratorio del bebé. Otros autores, dicen que no.
Opinó que lo más recomendable es que en los primeros seis meses de vida, el bebé duerma en el mismo cuarto que los papás, pero no en la misma cama con ellos, para que de alguna manera se mantenga cierta vigilancia.
Comentó que aunque no sabe la causa se ha visto que el uso del chupón disminuye el riesgo de muerte súbita. Sin embargo, tampoco se recomienda que todos los bebitos usen chupén porque disminuye el riesgo . Los investigadores médicos que refieren el uso del chupón para este fin, lo sugieren desde recién nacido al año de edad.
El especialista aseguró que no existe un tratamiento especial para evitar la muerte súbita, pero hay medidas de prevención que se ha visto disminuyen la incidencia de esta enfermedad.
Entre esas medidas, citó evitar el uso de sabanas blandas, pues lo recomendable es utilizar una cuna cuya almohada o colchón sea duro; tratar de que el bebito está en los extremos de la cuna; no taparlo más allá de los hombros porque el bebé puede despertarse, moverse y al patalear mover la sabanita y taparse la cara, lo que le obstruiría el proceso respiratorio.
—Esas son medidas demostradas que de alguna manera disminuyen la incidencia de la enfermedad. L.I.