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TOKIO, 9 de junio.- Comer a diario un pescado rico en ácidos grasos, como el besugo, el salmón o el jurel, reduce el riesgo de padecer cáncer de hígado, según un estudio realizado por el Centro japonés de Cáncer sobre 90,000 personas durante 11 años, informó el diario Yomiuri.
Para presentar los resultados, los investigadores hicieron un seguimiento a 90,000 hombres y mujeres de nueve provincias de Japón y de edades comprendidas entre los 45 y los 74 años, a los que les suministraron ocho clases diversas de este tipo de pescado en su dieta.
Los científicos dividieron en cinco grupos a los participantes, a los que dieron diferentes raciones de pescado rico en ácidos grasos, especialmente los de la familia del omega 3, como el eicosapentaenoico (EPA) y el docosahexaenoico (DHA), reseñó Efe.
Los investigadores compararon los análisis médicos periódicos de los participantes con los de otras personas a las que se había diagnosticado de cáncer de hígado, para poder cotejar sus resultados.
El estudio revela que los participantes que comieron un pescado de tamaño medio a diario tenían un 36 por ciento menos de posibilidades de desarrollar cáncer de hígado en comparación con el grupo que ingirió tan sólo un pescado a la semana.
Una de las investigadoras niponas encargadas del estudio, Norie Sawada, detalló que los ácidos grasos del pescado previenen la inflamación del hígado, con lo que reducen el riesgo de padecer este tipo de cáncer, según las declaraciones recogidas por la cadena NHK. (EFE)
N. de E.- Hay preguntas importantes que no quedan resueltas con este estudio. Es realmente lamentable que después de 11 años involucrando a 90,000 personas, no se pueda saber por qué disminuyó el riesgo solo en 36%. Entonces, ¿está el humano sujeto a cáncer de hígado en 64%, si come cierto tipo de pescado diariamente? La gran pregunta debió haber sido: ¿cómo se alimentan los que no desarrollan cáncer de hígado? El problema de la alimentación es un asunto global, que debe considerarse en forma integral. ¿Qué cóme la gente en las regiones del mundo en las que los cánceres son menos frecuentes? O más bien, ¿qué no come la gente conforme vemos que el desarrollo de cualquier tipo de cáncer y otras enfermedades crónicas es menor? Ya hay buena ciencia en torno a esto. Es más, se ha popularizado a través de documentales que explican con toda claridad en dónde puede estar concentrado el problema realmente.