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Mientras los líderes a favor de la vida y de la familia de todo el mundo se reunían en Madrid durante el último fin de semana de mayo para el VI Congreso Mundial de Familias, el hombre del momento fue claramente Monseñor Juan Antonio Reig Pla.
La franqueza del obispo español acerca de la destructividad de los actos homosexuales en los meses previos al Congreso le hizo ganar la enemistad de los activistas de derechos de izquierda y una ovación de pie por parte de los asistentes al congreso.
Agrupaciones homosexuales e izquierdistas intentaron que Monseñor Reig Pla fuera procesado por una homilía de Viernes Santo en la que enumeró una gran cantidad de pecados, entre ellos la sodomía, que conducen a la muerte espiritual.
Así pues, su caso se convirtió en Prueba Instrumental A en un conflicto de derechos que enfrenta a las libertades negativas tradicionales basadas en la ley natural (en el caso de Reig Pla, la libertad de expresión y la de culto) con derechos imprecisos y de reciente invención, como aquellos basados en la no discriminación por orientación sexual e identidad de género. Como aseguró el obispo, los defensores de estos nuevos derechos reclaman cada vez más al Estado que obligue a los disidentes a consentirlos.
A último momento se supo de la ausencia en el panel sobre libertad de culto del parlamentario italiano Rocco Buttiglione, quien en 2004 entró en conflicto con el incipiente «totalitarismo blando» de la Izquierda de Látex cuando su candidatura para un cargo en la justicia de la Comisión Europea fue saboteada debido a la presión ejercida por progresistas europeos que reclamaron que su afiliación religiosa lo descalificaba. Lo reemplazó con un discurso el presidente del Alliance Defense Fund, Alan Sears, quien advirtió sobre el creciente ataque a la libertad religiosa que se evidencia en Estados Unidos.
Otros cuantos paneles asimismo abordaron el tema del conflicto de derechos y de las crecientes restricciones a las libertades civiles. La dra. Gudrun Kugler, del Observatory on Intolerance and Discrimination Against Christians presidió un seminario sobre el uso de la Incitación al Odio y de la legislación antidiscriminación para marginar a los creyentes. Otros paneles trataron sobre los intentos del Estado de limitar los derechos de los padres como principales educadores de sus hijos (el cual es reconocido explícitamente en la Declaración Universal de Derechos Humanos).
No obstante, entre los signos de esperanza se encontró la participación de organizaciones de la sociedad civil rusa y de prelados ortodoxos en el congreso, lo cual es signo del resurgimiento de la cristiandad en lo que fue el corazón soviético.
Aunque el respeto por las libertades civiles básicas aún es algo débil, mientras que el Occidente que en otros tiempos fue libre se desliza hacia la penalización de la manifestación religiosa y hacia el desvanecimiento de la referencia a normas morales establecidas de manera objetiva, la Rusia anteriormente comunista parece moverse en trayectoria opuesta.
En los últimos años, en las Naciones Unidas, por ejemplo, Rusia propuso una serie de resoluciones con valores tradicionales para contrarrestar la agenda sexual libertina europea y del gobierno de Obama, al tiempo que llamó la atención sobre el disparate de los programas de control poblacional en plena implosión demográfica.
Los participantes atribuyeron a los anfitriones españoles la exitosa organización del Congreso, elogiando particularmente al maestro de ceremonias Ignacio Arsuaga por conseguir que múltiples eventos simultáneos se desarrollaran según lo previsto. Funcionarios locales y nacionales también dieron la bienvenida a la reunión y políticos españoles profamilia, como el parlamentario europeo Jaime Mayor Oreja fueron participantes clave.
La actual política española a cargo del primer ministro Mariano Rajoy contrasta enormemente con la de su predecesor, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero. El gobierno de este último trabajó efectivamente para subvertir la familia natural, según palabras de la Declaración emitida al cierre del Congreso.
El próximo Congreso Mundial de Familias se celebrará en Sidney, Australia, en mayo de 2013.