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BURGOS, España, 11 de junio.- El burgalés pueblo de Castrillo de Murcia celebra las fiestas del Colacho. En ellas, el Colacho -el demonio en persona- salta por encima de bebés de menos de seis meses a los que sus madres acomodan, tumbados en colchonetas en la calle, y engalanan con sus mejores ropas.
Supuestamente el salto del demonio, momento en el que hace el bien, aleja a los pequeños de todos los males y en concreto de las hernias, que en la Edad Media se atribuían al demonio.
Foto de Ricardo Ordóñez/Reuters.
Los mozos más ágiles del pueblo se cubren la cara con una máscara amarilla, que se quitan antes de saltar. Previamente se defienden con una cola de caballo de las burlas de los más jóvenes.
La fiesta se celebra desde 1621 y se corona con una procesión en la que los bebés a los que el demonio ha saltado por encima reciben la bendición del cura. Es el momento, según dice la tradición, en el que las madres pueden respirar tranquilas. (ABC)