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GINEBRA, 12 de junio.- Los físicos que investigan la composición del universo están cerca de descubrir el bosón de Higgs, una partícula difícil de localizar que se piensa que ha sido la clave para convertir los restos del Big Bang en estrellas, planetas y finalmente en vida, según dijeron científicos el martes.
Imagen que mestra trazas de dos fotones de alta energía medidos en el CERN.
Los investigadores de la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN, por sus siglas en inglés) están utilizando el Gran Colisionador de Hadrones (LHC), el acelerador de partículas más grande del mundo, para intentar demostrar que la misteriosa partícula realmente existe.
Estudiando minuciosamente cantidades enormes de datos, los físicos del CERN están seguros de que ahora están más cerca de lograr este objetivo, según dijeron científicos externos con vínculos con dos equipos de investigación con sede en Suiza.
"Se muestran muy entusiastas", dijo uno de estos científicos externos al CERN pero con relación con el experimento, que pidió no ser identificado.
Se han dado pruebas sólidas del bosón de Higgs en el mismo rango de energía donde fue provisionalmente descubierto el año pasado, añadieron los científicos, incluso aunque la partícula es tan efímera que sólo pudieron detectarla por los rastros que deja.
La búsqueda del bosón de Higgs, poco conocido pero científicamente decisivo, está siendo conducida por el acelerador de partículas LHC, que se encuentra cerca de Ginebra, para reproducir el Big Bang, un proceso considerado por los científicos como creador de la existencia.
El bosón de Higgs recibe el nombre del británico Peter Higgs, que en 1964 aportó la primera idea detallada de lo que podría ser y es la última gran pieza que falta en el llamado Modelo Estándar de cómo funciona el universo a un nivel de partículas elementales.
Su descubrimiento formal, una vez que esté avalado por la comunidad científica mundial, garantizaría casi de forma segura el Premio Nobel para Higgs, que en la actualidad tiene 83 años y está jubilado, y tal vez por lo menos a otro físico europeo y otro estadounidense.
En diciembre de 2011, después de 16 meses de colisiones con niveles de energía más bajos que los de este año, dos equipos se reunieron en el CERN para concluir que habían visto de forma separada "atisbos tentadores" del bosón de Higgs pero que necesitaban más tiempo para estar seguros de si realmente estaba allí.
Los datos siguen llegando después de los análisis de la última semana y serán procesados durante el verano. Los físicos dijeron que más de la mitad de las colisiones no producen nada de valor científico y el registro de sus huellas se borra automáticamente.
(Información de Robert Evans / Reuters)