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WASHINGTON D.C., 13 de junio.- El presidente de EE.UU., Barack Obama, se arremangó hoy la camisa para comer en un restaurante carne a la brasa con dos militares y dos barberos de Washington: fue su forma de reivindicar la paternidad responsable en vísperas del Día del Padre en el país.
La estampa tenía un mensaje de fondo, ya habitual en Obama coincidiendo con esta festividad: divulgar la campaña de la Casa Blanca en favor de la paternidad responsable y pedir que los hombres no abandonen sus obligaciones familiares, algo frecuente en algunos sectores sociales del país.
El mandatario estadounidense no es ajeno al problema social del abandono parental. Su propio padre abandonó el hogar familiar y regresó a su país de origen, Kenia, cuando él tenía dos años.
El Presidente de EE. UU. almorzó el miércoles en Kenny’s BBQ Smokehouse, en Washington. Comieron con él los barberos Nurney Mason (izquierda) y Otis Gamble (derecha); también los militares Joubert Paulino (de espaldas) y William Edwards, todos ellos participantes en programas de paternidad. (Doug Mills / New York Times)
Sin la implicación paterna, los jóvenes son más propensos al abandono escolar, a caer en las drogas o acabar en un proceso penal, según destacó la campaña presidencial "Fatherhood" (Paternidad), a cuatro días de la festividad del padre.
Aparte de la visita por sorpresa al restaurante, la novedad de este año es el nuevo canal por donde se lanzan estos mensajes, las barberías, punto de encuentro habitual del público masculino.
Por eso, dos de los comensales que han compartido carne a la brasa hoy con el presidente son barberos de la capital estadounidense, implicados en el programa federal.
Los otro dos fueron militares, que personificaron la implicación paternal hacia los hijos pese a la distancia o las misiones en el extranjero, según informó la Casa Blanca.
"Cuando el padre se involucra, los niños son menos propensos a consumir drogas y es menos probable que las niñas queden embarazadas", subrayó Obama en el restaurante antes de empezar a comer.
Obama cambió su reciente visita a un restaurante orgánico de la capital por un local popular por sus barbacoas, donde pudo comer en un plato de plástico costillas, hojas de col, guisantes, arroz y una magdalena, por un precio aproximado de diez dólares por persona.
El presidente ha asegurado en múltiples ocasiones que su gran prioridad en la vida es ser un buen padre para sus hijas, Malia y Sasha.
Tanto es así que el año pasado, coincidiendo con el Día del Padre, dedicó su alocución del fin de semana a este asunto, a la "labor más difícil, pero también la más grata: ser padre", dijo entonces.
"En primer lugar, necesitan que les dediquemos tiempo. Y más importante que la cantidad de horas que pasamos con ellos es la calidad de esas horas... los momentos más simples pueden tener el mayor impacto", aseguró un año atrás el gobernante.(EFE)