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WASHINGTON D.C., 11 de septiembre.- El secretario de Defensa de Estados Unidos, Leon Panetta, visitó ayer el lugar de Pensilvania en que en 2001 se estrelló el vuelo United 93, secuestrado por cuatro terroristas de Al Qaeda y que se dirigía al Capitolio norteamericano. “Este es el lugar final de descanso de los verdaderos patriotas norteamericanos”, dijo Panetta, en el inicio oficial de las conmemoraciones del undécimo aniversario de los ataques terroristas contra Washington y Nueva York. El jefe del Pentágono recordó que la operación militar contra Al Qaeda, abierta después de aquellos ataques, aún sigue abierta, y amplió el alcance de la llamada guerra contra el terrorismo al continente africano y a la península Arábiga.
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Leon Panetta, advirtió a los estadounidenses que no se olviden de las tropas que están luchando y muriendo en Afganistán, mientras rendía tributo el lunes a las víctimas de los ataques del 11 de septiembre de 2001 en una visita al monumento en Pennsylvania que honra a los pasajeros y tripulación del vuelo 93 de United Airlines que fue secuestrado el 11 de septiembre de 2001. (Foto Reuters)
“Los 40 pasajeros y la tripulación de este vuelo respondieron con abnegación, determinación y un tremendo coraje. Y pagando el precio de sus propias vidas, tomaron la decisión de contraatacar, y al hacerlo, pudieron evitar, de forma exitosa, un ataque contra el Capitolio de EE UU”, dijo Panetta en el acto de homenaje. “Se ha hecho justicia contra Osama Bin Laden. Hemos diezmado a los líderes de Al Qaeda. Hemos reducido enormemente su capacidad de perpetrar un ataque similar al del 11-S. Y aunque Al Qaeda aún es una amenaza, le hemos efectuado notables daños a su red. Nuestras tropas aún están luchando para denegarle a Al Qaeda el refugio de sus aliados extremistas en Afganistán. Y seguimos luchando contra ellos en Yemen, Somalia y el Norte de África”.»»»
La primera fase del monumento permanente a las 40 víctimas -entre pasajeros y tripulantes del avión- se inauguró el 10 de septiembre del año pasado, justo en la víspera del décimo aniversario de los atentados. El recinto aún está por acabar, sin embargo. El Gobierno está ultimando el diseño de una segunda fase -un centro de visitantes y una zona ajardinada- que podría estar finalizada de aquí a 2014. La tercera fase contempla la construcción de una torre inclinada con 40 carillones, uno por cada víctima. El coste total del monumento se estima en hasta 76 millones de dólares.
La sordera antes de la tormenta es un editorial de Kurt Eichenwald en el New York Times donde hace un repaso de cómo el 6 de agosto (y de hecho antes) la administración Bush fue avisada por la CIA de la inminencia de un ataque terrorista; esto es, los atentados pudieron haber sido evitados. En la imagen, W. Bush al recibir aviso de lo que estaba ocurriendo el 11 de septiembre de 2001.
El vuelo United 93 partió del aeropuerto de Newark, en Nueva Jersey, y se dirigía inicialmente a San Francisco, en California. Los terroristas lo desviaron en dirección sureste, y, según las investigaciones gubernamentales, los pasajeros se rebelaron y forzaron que se estrellara en la localidad de Shanksville, en Pensilvania. La comisión oficial de investigación de los atentados concluyó que los terroristas decidieron estrellar el avión dada la cercanía de los pasajeros amotinados a la cabina de mando. Según diversas investigaciones, los operativos de Al Qaeda buscaban estrellar el avión contra el Capitolio, después de que otros tres impactaran contra las Torres Gemelas de Nueva York y el Pentágono, en Virginia. (El País)