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LIMA, 11 de septiembre.- A 20 años de la captura de Abimael Guzmán, el grupo terrorista peruano sobrevive aliado con el narco. Su brazo legal, el Movadef, quedó paralizado por la ley de "negacionismo".
Abimael Guzmán, el líder histórico de la guerrilla maoísta Sendero Luminoso, cumple el miércoles 20 años en prisión, en medio de los frustrados intentos de sus seguidores por insertarse en la vida política de Perú, ante el rechazo de una sociedad que no olvida sus acciones terroristas.
Abimael Guzmán, alias "Presidente Gonzalo" y "Camarada Gonzalo", cabecilla de Sendero Luminoso (SL).
Su captura y la del Estado Mayor de la guerrilla marcaron el declive del grupo armado, pero sus remanentes subsistieron en alianza con el narcotráfico en valles cocaleros del sudeste peruano y, según las autoridades, una rama actúa políticamente en sindicatos peruanos, con una línea moderada.
Los temores de un crecimiento político de esa presencia marginal llevó al gobierno de Ollanta Humala a proponer una ley de "negacionismo" que plantea enviar a la cárcel a quienes nieguen o aprueben los actos terroristas.
Las autoridades consideran que Sendero Luminoso busca actualmente reactivarse a través del Movimiento por Amnistía y Derechos Fundamentales (Movadef), al que considera el brazo legal del senderismo.
"El Movadef no es un brazo político porque no hay un cuerpo, es decir una fuerza militar movilizada", dijo a la AFP Mirko Lauer, analista político y columnista del diario La República.
Según Lauer, en Perú no pasa lo que ocurrió en Irlanda o Colombia: "El Sinn Fein es el brazo político del IRA porque hay un ejército irlandés republicano, las FARC igual".
"La estructura militar de Sendero Luminoso está derrotada y embargada por su propio líder, que dijo: 'Nada de lucha armada mientras yo esté preso'", remarca al recordar el llamado de Guzmán desde prisión a imponer "una pausa a la guerra, un recodo en el camino".
La existencia de remanentes del grupo terrorista en los valles cocaleros del sureste de Perú, en una región geográfica conocida como Vraem (Valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro), no está ligada al líder preso, que renegó de ellos por estar asociados al tráfico de drogas.
"Lo que vemos hoy es una cosa absolutamente guiada por la informalidad peruana: Perú tiene mineros informales, comerciantes informales y tiene ahora políticos informales de todas las ramas", sintetiza el analista sobre los aprestos políticos del Movadef.
Según otros expertos en el conflicto, existe una sensación de que los peruanos de nuevas generaciones ignoran, en su mayoría, lo que representó la guerra y el terror que provocó Sendero Luminoso.
"Esto se debe a que no hay partidos políticos ni debates para recordar la experiencia nefasta que significó para la historia peruana", dijo a la AFP Fernando Rospigliosi, un sociólogo estudioso de la violencia en Perú y ministro del Interior en 2004.
"El trabajo de investigación de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (2003) ha sido minimizado. Ese es el instrumento que había para generar debates y evitar que resurjan políticamente grupos así", agregó.
Guzmán dirigió con puño de hierro a Sendero, una de las guerrillas más sanguinarias de América Latina, a menudo comparada con el Jemer Rojo de Camboya, que desató un conflicto interno que dejó unos 70,000 muertos entre 1980 y 2000 en Perú, según la Comisión de la Verdad y Reconciliación.
El jefe de Sendero Luminoso fue capturado por una unidad de inteligencia policial el 12 de septiembre de 1992 en una casa de Lima mientras veía televisión con su pareja, en un cinematográfico operativo en el que no se disparó un solo tiro. (AFP)