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Artículo de FRANCISCO DE ANDRÉS en ABC
Jueves 13 de septiembre.- Una película ruin y ofensiva contra el islam colgada en internet ha sido el pretexto de los islamistas radicales, en dos de los paìses árabes donde triunfó la llamada Primavera Árabe, para advertir de modo violento a Occidente que son ellos a partir de ahora quienes marcan las normas en las nuevas sociedades «liberadas». Tres países árabes, Túnez, Egipto y Libia, han concluido la revolución y otros tres —Siria, Yemen y en cierta medida Bahréin— la mantienen abierta desde hace un año.
Túnez, el más desarrollado y culto, abrió la serie. Egipto, el más poblado y en apariencia tolerante, fue en pocos meses el alumno más aplicado. La victoria de los islamistas en las primeras elecciones democráticas de esos países produjo otra de las grandes paradojas: la presunta revolución de las libertades —alentada y financiada en el caso libio por Europa y por Estados Unidos— condujo a la victoria de opciones hasta el año pasado clandestinas, que abogan por un Estado fundamentalista en diversos grados, y abiertamente hostil a los valores democráticos y liberales por antiislámicos»»».
Desde el triunfo de la Primavera Árabe, ciudades como El Cairo, Túnez, Trípoli o Bengasi se han convertido en altamente inseguras. Sus calles respiran falta de autoridad por parte de los gobiernos provisionales y desmoralización de las fuerzas policiales y militares. La plaza cairota de Tahrir ha degenerado en un mercadillo de los violentos de cada día, en Libia las milicias armadas establecen territorios, en Túnez los barbudos atemorizan en los campus a las estudiantes sin velo.
Un elemento esencial, la aplicación de la ley, parece en suspenso, mientras se buscan cabezas de turco para cualquier altercado: un vídeo en Youtube, una caricatura en la prensa europea, una célula de Al Qaeda o los fantasmas del clan Gadafi a lomos de un Land Rover artillado. Cayó la dictadura y con ella el control de las prédicas de los viernes en las mezquitas o de las páginas web radicales, que instan a la guerra santa.
La nueva anarquía instalada en los países de la Primavera Árabe contrasta con el férreo control que aplican las monarquías absolutas del Golfo. Las manifestaciones convocadas para este viernes en protesta por el vídeo contra Mahoma producido en Estados Unidos se realizarán en Túnez, El Cairo y Saná, pero son impensables en Riad.
Internet convierte hoy en imposible o muy difícil de evitar la manipulación de los sentimientos religiosos para obtener beneficios políticos. El Gobierno afgano ha anunciado que intentará bloquear Youtube para evitar que se propaguen a Kabul las manifestaciones contra Estados Unidos. Pero en la actual sociedad de la información es como intentar poner puertas al campo.
Los atentados contra las embajadas norteamericanas en El Cairo y Bengasi son sólo el penúltimo capìtulo de un intercambio de golpes —dialécticos en Occidente, físicos en Oriente— que amenazan con ir a más mientras los islamistas piloten la transición post-revolucionaria.