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Tres estrellas
Por Federico Wilder
“Frankenweenie” es la adaptación a formato largo de un cortometraje llamado “Vincent”, realizado por Tim Burton a inicios de su carrera. Dicho corto fue producido por la Casa Disney, que puso el grito en el cielo al ver que el producto no cumplía con los parámetros requeridos de evasión y candidez.
En su momento, Disney censuró y enlató a “Vincent”. Pero el tiempo pasó, Burton se convirtió en una mercancía redituable, y la productora y el cineasta hicieron las paces. Disney y Burton comenzaron una nueva relación comercial con “Alicia en el país de las maravillas”, un producto de envoltorio gótico pero de contenido deficiente.
La carrera de Burton sigue atrapada en una parálisis ornamental, aferrado a una estética y totalmente cerrado a explorar otras opciones. El director encontró una zona de confort redituable y complaciente con sus fans.
“Frankenweenie” es el intento de Tim Burton por resucitar su carrera. Y como el Dr. Frankestein, desentierra un proyecto muerto, lo retaza, prolonga, costura y e intenta infundirle un soplo de vida. ¡Está vivo!
El filme nos cuenta la historia de Víctor, un niño que sufre por la muerte de su mascota, un perro llamado Sparky. Obsesionado por volver a jugar con su compañero, Víctor recurre a la ciencia para revivir a Sparky. Es la reinvención de Frankestein hacia una historia infantil que habla de la aceptación de la muerte y al amor hacia las mascotas.
El tema de la muerte y su proceso de aceptación es algo que se experimenta desde la infancia. Ya sea con la muerte de una mascota o un familiar. “Frankenweenie” me hizo recordar lo duro que es para un niño perder a su perro. Por eso no entiendo mucho las posturas puritanas de decir: “no son temas para niños”. Claro que son temas infantiles e incluso, aunque no se experimente en la infancia, siempre existen dudas en torno a la muerte. En ese sentido, la película es un acierto.
Los problemas del filme parten de haber venido de un argumento pensado para un cortometraje. Se nota esa prolongación innecesaria de acciones para llenar un tiempo muerto. Inclusive la técnica de stop motion, filmada en blanco y negro, está supedita a cumplir con lo narrativo y no se atreve a ir un paso más allá. Pudo haber jugado más con las referencias cinematográficas de Serie B o con sus extraños personajes. El guion permitía una serie de guiños y giros que pudieron darle más vida.
La cinta ofrece buenas dosis de diversión, una historia entrañable sobre los lazos afectivos que tenemos con nuestras mascotas y una estética bien cuidada, tal y como Burton nos tiene acostumbrados. Sin embargo, aún se le notan las costuras a este pequeño Frankestein. Y aunque Burton ya empieza a dar señales de vida, sigue sin ponerse en pie.