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Las balas que entraron al cerebro de Malala Yousufzai, la han dejado en condición crítica. Malala es una activista musulmana de Pakistán; Malala solo pide que la educación se difunda entre su pueblo. Los talibanes le dispararon porque ellos no quieren educación: ellos quieren un pueblo lo más ignorante posible.
Las Malalas del mundo necesitan nuestro apoyo.
La convicción de los talibanes de Pakistán con respecto a no educación es tan fuerte, tan completa, tan incuestionable para ellos, que han declarado abiertamente que si Malala sobrevive, la volverán a atacar hasta matarla. No pueden tolerar que Malala viva.
Detrás de los disparos de los talibanes para matar a Malala, están las creencias religiosas que ellos han sacado de las páginas de algún libro considerado sagrado. Son libros que fueron escritos por personajes que tenían como misión tratar de encontrar la manera de que la gente entrara al aro y obedeciera reglamentos culturales que harían posible la vida social en ese momento.
Son todos ellos libros basados en creencias, no hechos concretos. Son creencias que continúan siendo desparramadas entre los niños y niñas cuando nacen en el seno de grupos de personas con mentes envenenadas. La educación que todas las Malalas del mundo solicitan, es que la gente viva de acuerdo a los hechos comprobables y no de acuerdo a las creencias.
¿Qué es la educación, sino vivir de acuerdo con la estricta realidad comprobable con nuestros sentidos y comprobable por los sentidos de los demás seres vivos?
La arrogancia de los creyentes se manifiesta en la actitud depravada de los talibanes que aseguran proceder a atacarla hasta matarla si ella vive.
¿Qué vamos a hacer los seres que tenemos la capacidad de ver más allá de las creencias y de vivir de acuerdo con la realidad comprobable por todos, ante las atrocidades que hoy tenemos que soportar? Al escribir esto, me siento en peligro; pero, la verdad, no me puedo negar a hacerlo. Tenemos que llamarnos la atención entre nosotros para evitar que talibanes —con otros nombres, según la creencia de que se trate— con otros métodos —no todos disparan con balas de plomo, otros lo hacen con balas de destrucción social— invadan nuestras vidas sin darnos cuenta.
Malala Yousufzai es una heroína de la humanidad. Nosotros no tenemos idea en nuestra sociedad —México, Yucatán— de lo que es vivir en un ambiente sin libertades mínimas, básicas, protegidas por los tratados internacionales, como es el caso de Malala. Allá solo conocen los peligros de la falta de libertad. La reacción de los talibanes —decir que la matarán si sobrevive— es algo que, la verdad, no puede ser tolerable. Cuando reacciones como esas se dan, los verdadero humanos debemos contar con elementos completos que cancelen la posibilidad de acción de cualquier grupo de personas con esas intenciones.
¿Cuál es la esencia humana verdadera? La realidad es que parece estar escondida debajo de miles de capas culturales superpuestas. Vamos a tener que liberarnos de ellas para ver si encontramos qué somos realmente.