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ESTAMBUL, 10 de octubre.- La tensión entre Turquía y Siria ha seguido este miércoles en aumento después de que las autoridades turcas obligaran a un avión civil sirio a aterrizar en Ankara y confiscaran su mercancía, supuestamente armas o material de comunicación, antes de dejarlo proseguir hacia Damasco.
Toma de vídeo del avión que, según las autoridades turcas, iba cargado de 'elementos que no están permitidos en vuelos civiles' (armas o material de comunicación) (Spiegel).
El avión de pasajeros de Syrian Air había despegado de Moscú en Rusia y volaba a través del espacio aéreo turco cuando, sobre las 18:30 hora local, dos cazas F-16 del ejército de Turquía fueron enviados para obligarlo a aterrizar en el aeropuerto de Ankara. La aeronave, un Airbus A-320, transportaba a 35 pasajeros y a dos miembros de la tripulación, a pesar de tener capacidad para 180 pasajeros.
"Hoy recibimos información de que este avión llevaba una mercancía que de ninguna forma podía estar en conformidad con las normas de la aviación civil", declaró más tarde a los medios el ministro de Exteriores turco, Ahmet Davutoglu.
"Estamos determinados a controlar el envío de armas a un régimen que está llevando a cabo masacres tan brutales contra la población civil. Es inaceptable que tal envío se haga usando nuestro espacio aéreo", dijo Davutoglu en un discurso televisado desde Atenas, donde se encontraba en visita oficial.
Unas cuatro horas más tarde, el ministro de Exteriores turco declaró que se iba a permitir al avión que siguiera su camino con todos sus pasajeros pero que su mercancía había sido confiscada. "Hay elementos que no están permitidos en vuelos civiles", dijo Davutoglu, que, a pesar de sus declaraciones anteriores, no entró en detalles sobre estos "elementos" y a quien citó la agencia estatal de noticias Anadolu.
Davutoglu también declaró que el espacio sirio aéreo no es seguro y que, a partir de ahora, no se permitirá a aviones turcos civiles volar a través de Siria.
Tras el incidente, los medios de comunicación turcos ofrecieron diferentes versiones sobre la mercancía confiscada por las autoridades. El periódico Hurriyet aseguró que en el avión había 12 cajas con material de comunicaciones, equipos inalámbricos e inhibidores de frecuencia. Por su parte, la televisión NTV afirmó que se habían encontrado "partes de misiles".
Mientras tanto, la agencia de noticias rusa Interfax informó de que 17 ciudadanos rusos, incluidos niños, formaban parte del pasaje del avión y que tanto Rusia como Siria habían exigido explicaciones a Ankara sobre este incidente. "La embajada rusa en Turquía envió un mensaje inmediatamente al Ministerio turco de Exteriores exigiendo una explicación", señaló Interfax.
Además, unas horas antes de este suceso se supo que el presidente ruso, Vladímir Putin, había pospuesto su visita oficial a Ankara prevista para los días 14 y 15 de este mes, según informaron a los medios locales fuentes diplomáticas turcas, que aseguraron que esto no tenía nada que ver con los problemas entre Turquía y Siria.
Rusia es uno de los pocos aliados que le quedan al régimen del presidente sirio, Bachar al Assad. Aunque el primer ministro turco también tenía una muy buena relación con Al Assad, Turquía ha sido uno de los países más críticos con Damasco desde el inicio del conflicto en marzo del año pasado.
Aunque comenzaron como protestas pacíficas contra el régimen de Al Assad, la revuelta siria se ha convertido en una guerra civil por la que ya han muerto unas 30,000 personas. Además, otras 300,000 han huido durante todo este tiempo y se han refugiado en los países vecinos, según cifras de Acnur, la agencia de Naciones Unidas para los Refugiados.
El de hoy ha sido el último episodio de toda una serie de incidentes entre Turquía y Siria que han llevado a estos dos países a una situación muy tensa y han complicado su relación al máximo desde el comienzo de las revueltas.
El pasado 3 de octubre, un proyectil lanzado desde Siria acabó con la vida de una mujer turca, sus tres hijas y su hermana en la ciudad fronteriza de Akcakale. Desde entonces, otros obuses sirios han caído en territorio turco y el ejército de Ankara ha respondido en cada ocasión con su propia artillería, causando varias bajas en las tropas del presidente Bachar al Assad, según los rebeldes sirios.
La tension entre Turquía y Siria ha ido aumentando en los últimos días y Ankara ha reforzado su presencia militar a lo largo de la frontera y el martes pasado envió al menos 24 de sus cazas F-16 a la zona. Ese mismo día, el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, dijo que la alianza militar tiene listos los planes para defender a Turquía si llegara a ser necesario.
"Hemos respondido, pero si continúan (cayendo proyectiles en suelo turco) responderemos con más fuerza", dijo también ayer a la prensa el jefe del Estado Mayor de Turquía, el general Necdet Ozel, mientras pasaba revista a las tropas desplegadas junto a la frontera siria y que están en estado de alerta. (EL PAÍS)