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¡Ah que la canción! ¿Acaso no hemos aprendido…nada…nadita de lo que sucedió en las administraciones pasadas? Han nombrado a una mujer para un importante puesto público en Yucatán.
Una mujer, a quien si bien no conozco personalmente, me han dado excelentes referencias de su labor en puestos pasados. Pero ¿por qué la mayoría de la gente sigue destacando el hecho de “Una mujer en puestos políticos”, incluso dándole el calificativo de “histórico”? Remember las administraciones pasadas, tanto municipal y estatal.
Las campañas se basaron en resaltar el hecho que dos féminas ocuparían puestos claves en la política. Manejaron clichés de la supuesta femineidad-lagrimitas, el “arriba las mujeres”, corazoncitos- y los resultados….están a la vista.
Yo soy un ser humano que nació mujer. Orgullosa de ser mujer. Sé que tengo características y cualidades distintas al hombre, y que ambos estamos en este mundo para complementarnos. Nadie es más que nadie. Simple y sencillo. Pero la inteligencia no tiene que ver con el género. Es triste que haya o se traten de implementar leyes para obligar a determinadas estancias o compañías a contratar mujeres en busca de la tan cacareada y mal entendida equidad. Vean nuestra capacidad intelectual, logros profesionales, actitudes como ser humano, valores e integridad. Eso es lo que realmente nos importa.
Desgraciadamente, a veces las mujeres somos nuestras principales enemigas y aunque gritamos “¡Equidad!”, no sabemos respetarnos entre nosotras, por lo tanto, los demás tampoco nos respetan. Si una mujer sigue llamando, y perdón por la palabra, “zorra” a otra, desde luego que los hombres lo seguirán haciendo y hasta con peores calificativos.
Tenemos que cambiar el “chip” que la sociedad nos ha impuesto por siglos. Somos dueñas del derecho a cuestionar lo que queremos, a decidir qué es lo queremos, no tenemos por qué hacer lo que se “espera de una mujer”. No pasa nada si perseguimos otros ideales; nuestra realización como mujeres está en lo que decidamos hacer. En ver dentro de nosotras mismas cuáles son nuestros verdaderos deseos e ir por ellos… El camino es tortuoso, difícil y sí, hay el constante miedo al «qué dirán»….pero debemos darnos la oportunidad de cuestionarnos si la vida que tenemos es la que realmente deseamos. Ambicionar algo diferente y aceptarlo es sumamente liberador Por eso, repito, una mujer es más que una mujer.
La principal lucha por la equidad está entre nosotras y en nosotras. Y es todos los días. Creo que así, poco a poco, el mundo ya no se asombrará porque una mujer ocupa un puesto público y aplaudirá su elección porque su trabajo habló.
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